Ensayo sobre la maternidad que acojo en mis brazos por recomendación de mi mujer y que instantáneamente me resulta demasiado dramático. Sigo leyendo y la sensación no se disipa: Lazarre tiene una visión excesivamente trágica (¿intensa?) de todo (ejemplo anecdótico: se queja de que sus pechos son grandes y que en la sociedad de la época no se llevaban, como si no hubiera otras cosas más importantes).
Más adelante, lo que echa para atrás son los fragmentos cargados de política y activismo, pues no tienen nada que ver con la maternidad y denotan falta de enfoque. Supongo que Lazarre sintió la necesidad de empujar su agenda feminista y política hacia el texto, por eso incluye una gran cantidad de digresiones insulsas que dan como resultado un ensayo tremendamente irregular.
Lo más destacado del libro es que pone de manifiesto la ambivalencia de la maternidad: "me había convencido de que era la única madre del mundo que sentía odio hacia un niño al que amaba con una intensidad enorme". Esa ambivalencia (que ratifico desde mi posición de papá) es posiblemente lo más auténtico que ofrece el libro, aunque tampoco se le da demasiado recorrido conceptual.
En la tercera parte, titulada "Niños", hay un pequeño tramo en el que el libro se centra y gana interés al ofrecer observaciones de otras madres sobre la maternidad y sobre el proyecto de la guardería. Pero tampoco dura mucho.
En general, es un libro prescindible porque Lazarre arroja poca luz sobre la maternidad (menos de la que debería) y se pierde en posturas feministas y políticas que no aportan gran cosa.
En general, es un libro prescindible porque Lazarre arroja poca luz sobre la maternidad (menos de la que debería) y se pierde en posturas feministas y políticas que no aportan gran cosa.
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