La muerte en Venecia de Thomas Mann.
Al principio las observaciones del amigo Thomas Mann no es que sean agudas, es que son puntiagudas, con una extensión y una afilación excesivas en todos los aspectos. Esto hace que la historia a veces no avance, dando cierta sensación de estancamiento, lo que puede decepcionar al lector en un primer momento.
La historia va cogiendo ritmo gradualmente, algo a lo que ayuda bastante la excelente prosa de Mann, con pinceladas poéticas bastante evocadoras. No obstante, creo que para ser un libro de 120 páginas, tiene partes demasiado repetitivas, el autor se recrea mucho en la belleza del joven Tadzio y repite situaciones.
La reflexión clave llega a través de una referencia a Platón y su Fedro (spoiler): el poeta nunca va a ser sabio ni digno de educar a otros porque su apreciación de la belleza siempre va acompañada de un sentimiento erótico, apasionado y amoroso, lo cual es insensato y le lleva hacia el abismo. En otras palabras, el poeta es incapaz de saborear la belleza sin convertirla en amor.
En general, el proceso de lectura no es tan disfrutable como esperaba, sobre todo porque el nivel de redundancia se ve acentuado por la brevedad del texto, pero el relato gana muchos puntos gracias a esa idea que coge cuerpo al final de que la obsesión estética puede ser mortal. Interesante, aunque deja un regustillo agridulce.
20 de diciembre de 2021
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