Autor israelí, muy famoso en su país, que cuenta con varios
bestsellers a sus espaldas. Y no es que me sorprenda, es que no me extraña,
visto lo visto. Relatos intrascendentes, plagados de excentricidades (caprichos
que el autor, en pleno proceso creativo, no pudo refrenar), con un humor
infantil y una prosa desnutrida. Altamente prescindible.
Solvej Balle: El volumen del tiempo II
Hace 8 horas
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