7 de abril de 2014

1% literatura desgrasada en polvo

Nocilla Experience de Agustín Fernández Mallo.

Todo esto va de que el lector tiene que conectar la información, no hay horizonte, no hay fronteras, sólido-líquido-gas, fermión vs bosón, azar y complejidad... Ideas hay, prosa no. Podríamos resumirla con esta frase: "el humo de la taza le enmascaraba la cara", incluso con esta: "entendió que era ésa una perfecta vía posible", entre otras. Bien... y uno se pregunta cómo es posible que esto salga a la luz. Bien... Agustín tiene muchas ideas y quiere meterlas todas en el mismo libro sin saber escribir, mal asunto. A veces comparte ideas que son estúpidas para que el lector aplauda lo ingenioso que es. También se dedica a coger cosas de otros autores (muy original, nadie lo había hecho antes, así de primeras se me ocurre William Burroughs, año 1961). Bien... Hay errores de bulto a mansalva, como alguno de concordancia de géneros, un "petril" en vez de "pretil" (ésa es gorda), uno que juega a un videojuego y "es vencido por la tele", trozos que no se entienden, etc. Este libro es de chiste, no se puede reunir tanta pretenciosidad y tan poca calidad literaria en las mismas hojas. La prosa es robótica, pero el autor habla de "transpoética". Incluye fórmulas físicas para defender que el libro se convierte en un artefacto científico. Habla de bolas y de Rayuelas. Tonterías tipo "la información ni se crea ni se destruye, sólo se transforma". En fin... Un conglomerado de ideas que no llevan a ninguna parte y que a falta de habilidad para articular un desarrollo literario, caen sobre el papel aleatoriamente y el autor intenta defender el gesto hablando del azar, la complejidad y la imposibilidad de entender algo concreto a partir de fragmentos (algo que es obvio). ¿Cuál es el mensaje? Hay fragmentos y no se entiende nada, vale, de ahí que la frontera entre sólido y líquido se disuelva (los fragmentos generan un líquido, pero no concretan algo sólido). ¿Y qué? ¿Y cómo justifica el otro montón de ideas que suelta? Por ejemplo, ¿copiar a otros cómo se justifica?, si sólo funciona como recurso para hinchar su texto con referencias externas y como excusa para hablar del "zapping" del mundo actual. Es que no. Agustín ha cogido las ideas de Pynchon (entropía, caos, probabilidad), las ha deformado a su gusto y las ha apelotonado en un libro, sin mostrar ningún cariño hacia la literatura.

17 comentarios:

  1. Pues a falta de uno, tres libros de nocilla tiene publicados. Según lo pones me ahorraré el mal rato. Eternamente agradecido.

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    1. Esto es España... les sirves paella en vasos de tubo y se creen que están ante el no va más.

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  2. El tío es científico, no creo que robe mucho de Pynchon. Y su gesto "pospoético" es de risa, ya me dirás, apropiación. Tanta hostia mediática para un vanguardismo trasnochado.
    Si no estabas sobre aviso condón, bien calado este tipo. Sus libros no tienen nada que ver con la literatura, textitos de la más torpe composición.
    Mírate sus performances o acciones poéticas o lo que sea, si estás al caso de arte contemporáneo, te harán aún más gracia que sus libritos.
    Sigo sin entender quién con un mínimo de cultura y sentido común toma en serio a un prestidigitador como éste.
    Salut.

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  3. La cuestión es, ¿y los pavos que reverencian este tipo de cosas, que justifican que esté publicado en algo más que una edición kindle, y que lo llevan hasta a los currícula de los cursos universitarios... qué explicación tienen?

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    1. Pues que algún sector de la "Academia" necesita estas cosas para seguir poniendo etiquetas y que no se desengrase la máquina, como la "literatura de mujeres", la "literatura queer", etc, etc.

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  4. Menos mal que a esa "Academia" le quedan dos crisis universitarias
    ;-)

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    1. No creas. Como son "expertos" seguirán con sus conferencias y sus bolos por el mundo, que se les acabaría el chollo, hombre.

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  5. La "academia", como decís, no da cobertura a estos fenómenos. Quienes los crean, los auspician, los jalean y les sacan la pertinente renatabilidad son los grupos y empresas editoriales. La "academia", de hecho, ha sido, es y será bastante reacia a aceptar cualquier tipo de innovacion formal, sea consistente o no.

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    1. Sí y no, Hablador. Hay sectores, o algunos profesores más concretamente, que viven fundamentalmente de sus "conocimientos" sobre las teóricas particularidades literarias de algunos grupos, como las mujeres o los homosexuales, ya claramente si no aceptadas, toleradas. Y es que de algo hay que comer.
      La Nocilla de momento no ha acabado de calar aquí, y seguramente no acabará de hacerlo nunca, pero intentos ha habido.

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    2. Estoy de acuerdo con mi hablador archienemigo. Por un lado los autores hacen piña y elevan sus obras. Por otro lado, las editoriales intentan colársela a los lectores vendiendo basura disfrazada de modernidad.

      También supongo que Mallo responde satisfactoriamente al cóctel [accesibilidad + amago de modernidad = grandes ventas, sobre todo entre los que van de alternativos y no se enteran de nada].

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    3. En el fondo teneís el mismo discurso viejuno que la Academia, Ire

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    4. No podría ser de otra manera R. Trabajo para "ella". Pero eso no quita que esté profundamente convencida de que esas falsas diferencias no hacen más que perjudicar y dañar a esos colectivos. Como mujer lo digo. Las mujeres que han escrito literatura han dedicado su vida a reclamar la misma atención que se les brinda a los hombres, no un trato de favor. No somos ni minusválidas ni escribimos diferente. No queremos cupos. Saludos.

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  6. "Una paella en vaso de tubo" es un título magnífico para un libro donde se pusiera en solfa, y sin cortarse ni una cala, a la sociedad de gilipollas "extreme" en la que vivimos hoy en día. ¡Touche! amigo, Condón.

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  7. Porque... insisto, vivimos en una sociedad que es gilipollas "hardcore".

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    1. Totalmente de acuerdo, pero no hay que perder la esperanza.

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