16 de noviembre de 2013

El profe

Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino.

Lo primero que aparece es una introducción aclaratoria sobre el objetivo del libro (aquí empiezan las arcadas). Pregunta: ¿qué autor necesita escribir una introducción explicando lo que ha hecho en el libro? Respuesta: uno que no está seguro de la efectividad de su obra. Y es que sin la introducción a ver quién es el listo que ve algo de lo que se explica ahí. Es cierto que se perciben algunas pinceladas, vale, pero ni mucho menos tienen la carga que se quiere atribuir en la introducción. Resumiendo: el texto es incapaz de transmitir lo que el autor quería así que le mete una introducción cargando el texto de más significado del que realmente alcanza por sí mismo. Sigamos. La mirada por encima del hombro no falta. Aquí tenemos al señor Calvino aleccionando: "Para leer bien tú debes registrar tanto el efecto zumbido cuanto el efecto intención oculta, que aún no estás en condiciones (y yo tampoco) de captar. Al leer debes pues mantenerte a un tiempo distraído y atentísimo". Fíjense cómo mete el paréntesis para que el lector no se sienta inferior. Bien hecho, listillo. Bueno, pues eso, a lo largo de la obra va explicando lo que hace y lo que se requiere del lector, porque para el señor Calvino todo lector es retrasado mental. Su gran problema es que no sabe ocultar la información y se ve obligado a dirigirse directamente al lector, en vez de incluir el contenido metanarrativo de forma sutil, lo hace de forma explícita. ¿Y qué nos queda?, una novela tosca, basta, muy racional, con muchos círculos explicando lo que hace y lo que deja de hacer... el aburrimiento es máximo. La idea según se plantea en la introducción suena bien, pero luego empiezas a leer y no es lo mismo. Un libro que te hace parecer idiota y además te deja frío.

17 comentarios:

  1. Más que una novela, serían muchos inicios de novela, o relatos, si se quiere, ¿no? Yo reconozco que la empecé pero la dejé a mitad, me estaba gustando en general, aunque algunos pasajes se me hacían demasiado aburridos. La idea es sumamente interesante, un volver a empezar y volver a empezar y....

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    1. La idea es interesante, otra cosa es que haya sabido plasmarla de forma adecuada en el texto.

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    2. Hombre, claro, tendrías que haberle indicado cómo plasmar esa idea interesante tú.
      Si es que no provocas más arcadas porque es imposible.

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  2. Calvino siempre deja esa desazón... qué pena.

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  3. De Calvino, sí que he leído algo y estoy totalmente de acuerdo con usted. Un protésico literario -igual que existen los protésicos dentales- de la literatura. Está bien, como tantas veces, que se haya atrevido usted a decirlo. Let's go!.

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    1. Sí, un cuerpo de naturaleza quística en el organismo literario.

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    2. Otro gilipollas frustrado con la picha corta.

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    3. Me refería al bluff cuando hablaba de pichas breves, tan breves como los cerebros de sus dueños.

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  4. Mr. Condon

    No me he sabido explicar. Me estaba refiriendo al profesional técnico que le prepara los implantes al dentista. Su labor es necesaria, pero no debemos perder de vista que se trata de alguien que trabaja con materiales y no con los pacientes ;-)

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  5. Que hayas dedicado gran parte de tu opinión a hablar de la introducción, dice mucho del libro. Que no es gran cosa, básicamente.

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  6. Calvino sólo escribe aceptablemente cuando trata de imitar a Borges. Un caso triste donde los haya.

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    1. La verdad es que ambos autores tienen cosas en común. Ninguno de los dos me entusiasma.

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  7. No hay espectáculo más terrible que la ignorancia en acción. (Goethe)

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  8. Tú sí que provocas arcadas, anormal de manual. Pero qué osadía la tuya... Me encantaría creer que el mecanismo que mueve este puto blog es la envidia, pero para sentir envidia por estos grandes primero deberías entender de qué hablan, qué cuentan, la maestría con la que narran. En fin, que no, que la envidia no, así que debe de ser la necedad, la estulticia.

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