"Paso la pierna derecha, luego la izquierda y quedo colgando
con las manos magulladas". Así de buena es la prosa. Y además grita: ¡no a las
imágenes!, ¡no a las metáforas! Este libro es un descampado. El texto destaca,
no por su cualidad de espacio diáfano por el que se puede transitar con
facilidad, sino por su condición de trastero de zarzas que atascan el suave
fluir ocular. Es decir: una nada que estorba. Ni hay parque, ni hay edificio. Lees
50 páginas y no hay nada claro. Podría ser interesante si el estilo y
la prosa mantuvieran el peso de la narración de forma óptima, lo cual no
sucede. Otra de esas jóvenes promesas que salen en antologías...
Anora
Hace 8 horas
Muchacho, estás haciendo una labor social...
ResponderEliminarG.
Que lo sepas, eres al único crítico de verdad que realmente respeto. Mil abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias. Tampoco me considero un crítico, esto lo hago para obligarme a reflexionar más sobre las obras y para escribir algo habitualmente. Si a alguien le resulta útil o le saca una sonrisa, bienvenido.
EliminarUn abrazo
Pues su relato en la antología de Lengua de Trapo es un homenaje a Pynchon y por ahora (es un relato larguete) está muy bien.
ResponderEliminarGustoso lo leería.
Eliminar