3 de agosto de 2013

Use la hoz después de su lectura

El año en que me enamoré de todas de Use Lahoz.

20 páginas y a la basura. Tranquilos, que no cunda el pánico, hay vida más allá de este engendro. Dejemos que el libro hable por sí mismo. El primer capítulo se llama: "Escrito en la deriva". Queda muy bonito, tan bonito como vacío, buscando el efecto poético. "En mi rostro brillaba la sombra de un interrogante derramado sobre el futuro". ¡Una máquina!, qué poético, qué paleta de colores, estamos ante un imaginario inigualable. "Vive sin miedo, siendo tú mismo". Esto lo firmaría el mismísimo Paulo Coelho, experto en filosofía de andar por casa, de la que no salva vidas pero llena bolsillos. "La paciencia es un invento de los adultos". Más filosofía barata. "Se quiere a quien te llena un vacío". Que alguien traiga una linterna porque hay tanta profundidad en sus palabras que no veo nada. Por si fuera poco, después se remarca que Tatin, el emisor de estas perlas filosóficas, es un sabio, alguien inalcanzable en sabiduría. "Le rogué si podía acercar vino hacia mi zona", y subrayo "hacia mi zona", expresión que suena mal y tiene un mejunje de dirección, posesión y abstracción espacial que no encaja. ¿Cómo es posible que semejante arquitecto poético construya frases tan malas? "Por estar con ella hubiera subido al Everest sin botella de oxígeno". Un aplauso por esta imagen, ya quisieran muchos tamaña imaginación. "Tenía que terminar la carrera, que la tenía olvidada por completo. Con las cosas simples suelo ser olvidadizo". Claro, la carrera es algo simple porque su vida es complejísima, di que sí, ¡rebelde!, ¡que eres un rebelde! "Si cada vida es una novela, la novela de mi vida está llena de ellas". Aquí ya se atranca, demasiada actividad neuronal. Quiere ser poético y profundo, pero resulta vacío y confuso. Después de la coma sobra "la novela de". Mira si soy generoso que te corrijo el estilo gratis. Ya si eso me invitas a algo con los 100.000 pavarrios que te has sacado con esta mierda. Consejo para todos esos aprendices de escritor: añadid siempre alguna cosilla en francés, que viste mucho y pareces mucho más culto e intelectual, el Maese Lahoz así lo hace. "Una montaña de vajilla se apilaba en el fregadero". Gran malabarista y acróbata de las letras, me quito el sombrero. "Mi curiosidad era una hormiga inquieta que lo quería saber todo". Ahora mismo el autor está hospitalizado por el desgaste cerebral que conlleva tanta imaginación. Un último consejo para esos futuros escritores: si realmente queréis entrar en el mundillo literario, lo que más hay que cuidar es la portada, la contraportada y los amiguetes, porque en España la mayoría de novelas no son publicadas por su valor sino por amiguismo y por los billetes que generan.

2 comentarios:

  1. ¡Pero cómo te pones con estas cosas? ¿Se lo quitaste a tu prima de quince años?

    ResponderEliminar
  2. Lo encontré por internet de casualidad.

    ResponderEliminar