The Inner Immigrant de Mihkel Mutt.
Relatos sobre un tal Fabian. Percibo inteligencia y prosa cuidada, aunque con cierto aroma vintage. Algún destello. Leí tres (aprox.). Problema: tiene un enfoque excesivamente racional (¿ensayísticamente analítico?, ¿descriptivamente estático?) que impone frialdad y distancia. Las ideas que plantea el autor pueden llegar al lector, pero llegan sin un ápice de emotividad ni chisporroteo, lo que dificulta la conexión con los personajes y sus circunstancias. De lo vintage a lo antiguo hay muy pocos pasos y la falta de frescura hace que uno se marche sin haber pertenecido al mundo de Mutt en ningún momento.
Catherine Lacey: Nunca falta nadie
Hace 8 horas

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