4 de septiembre de 2025

Ale Alessandro

El nuevo Barnum
de Alessandro Baricco.

Colección de artículos que hacen gala de una escritura exquisita y plasman unas ideas que, por lo general, son estimulantes. 
Las piezas tituladas "Los cinco mejores lugares del mundo donde pensar y tener ideas inteligentes sobre uno mismo y sobre los demás" son lo mejor del libro para mí.

Algunas píldoras:

- "Sigo estando convencido de que el terrorismo es mucho más una necrosis de nuestro cuerpo social, que una agresión procedente del exterior. Algo se pudre, en esos gestos terribles, y ese algo es una parte de nosotros, de nuestras democracias, de nuestra idea occidental del progreso y de la felicidad. No es un ataque a esas cosas: es una enfermedad de esas cosas".

- "Nos concentramos mucho, y tal vez con razón, en la violencia que produce el fútbol, abriendo sesudos debates sobre cuatro idiotas que tiran bombas de papel y piedras contra los autobuses, pero nunca nos detenemos el tiempo suficiente para reflexionar sobre la cantidad de violencia que el fútbol absorbe, metaboliza, descarga y, de una manera u otra, desactiva".

- El 11-S nos mostró cómo algo atroz puede tener una dimensión estética (lo vemos en la tele y parece una creación de Hollywood) y cómo puede eliminar la frontera que separa la realidad y la ficción.

- "¿Han existido alguna vez guerras sin fronteras? Cuando dos enemigos no tenían ni de lejos una frontera en común donde degollarse, la iban a buscar: Vietnam, pongo por caso. ¿Pero dónde están las fronteras de esta guerra, dónde está el frente, dónde se sitúa el enemigo? El hecho de que no exista una respuesta segura debería hacernos pensar: se trata de una anomalía que tiene algo que enseñarnos". La guerra, igual que el terrorismo, no es algo externo, sino que está en el propio sistema.

- Homenajeando a un profesor de filosofía que tuvo (Vattimo) dice: "creo que entendí la ética kantiana cuando muy seriamente nos señalaste que, a las tres de la madrugada, en una ciudad desierta, delante de un semáforo en rojo, solo te paras si eres tonto: o si eres Kant".

*En algún momento de la lectura me di cuenta de que la cantidad de citas que podía sacar de este libro era infinita y decidí dejar de anotar, más que nada para no cortar el ritmo de lectura constantemente. Seguramente fui tan injusto como sensato.

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