18 de junio de 2025

Imperfect match

Cómo provocar un incendio y por qué
de Jesse Ball.

La agilidad de la prosa y el tono desenfadado de la narración de esta adolescente incendiaria (pun intended) sostienen a la historia durante unas 100 páginas. A partir de ahí, la irreverencia inicial y el impulso narrativo se quedan sin oxígeno y el fuego acaba convirtiéndose en cenizas antes de tiempo.

Ball busca crear un personaje memorable, pero no lo consigue, básicamente porque su rebeldía está basada en soltar frases altisonantes como 
"si no te gusta el fuego, no estás vivo" o en poses juveniles que abogan por rechazar la propiedad, la riqueza o la educación, pero sin ningún tipo de desarrollo ni seriedad, más bien como ramalazos infantiles que no van a ninguna parte.

16 de junio de 2025

Marrasquino apolillado

La fuente de la edad
de Luis Mateo Díez.

Después de leer las cinco primeras páginas, soporíferas en grado sumo, puse un temporizador de 30 minutos y decidí que si en ese tiempo no me ofrecía nada, lo dejaría
. Y lo dejé, incluso antes de que sonara (¡qué desfachatez!). 

Me pasa lo mismo que con gran parte de la literatura española del siglo 20 y anteriores: desprende un olor a rancio que es difícil ignorar. Puedo entender que alguien (probablemente mayor de 50) aprecie el alambiqueísmo de la prosa y sus filigranas o la capacidad de Díez para dar vida a los diálogos, pero nada de esto aligera la sensación de que te están metiendo en la boca una mezcla pastosa de cotilleo rural pseudosofisticado y petulancia lingüística que amenaza con atascar la epiglotis y hundir tu cerebro para siempre en el fango enmohecido que se extiende en las vegas y sus alrededores.

15 de junio de 2025

I for an I

No seas tú mismo
de Eudald Espluga.

Ensayo pedante que abusa del name-dropping y donde veo a un autor intentando quitarse de encima su parte de responsabilidad en los conflictos cotidianos que lo afligen, principalmente el cansancio que genera su adicción a las redes. No ayudan sus intentos de situarse por encima de otros pensadores y de elevar su discurso con construcciones lingüísticas que empañan la claridad, por no hablar de las referencias a escritoras mediopelistas como Ottessa Moshfegh y Sally Rooney.

Entro en materia...

Desde el principio Espluga nos advierte: "defenderé, primero, que la fatiga debe ser vista como la figura fundamental de lo millennial y, segundo, que una suspensión total de la subjetividad [...] es la mejor respuesta ética, política y estética al imperativo productivista del capitalismo tardío".

¿Qué es la fatiga millennial para Espluga?
"La idea de la fatiga como clave interpretativa de lo millennial no nace como resultado de una sesuda investigación teórica [...] sino de una escena que se repite una y otra vez: llegar tarde a casa, sentarme en el borde de la cama sin quitarme la chaqueta y ponerme a hacer scroll down en Twitter, en Instagram, en LinkedIn [...] hasta que ya es demasiado tarde para casi todo lo que me quedaba por hacer".

Pregunto: ¿qué relación hay entre la fatiga y malgastar el tiempo? ¿Sugiere que estás tan cansado que sólo quieres que el tiempo pase, que no quieres esforzarte en nada? Habrá que preguntarle a los indios y bangladesíes que trabajan en fábricas textiles doce horas al día, seis días a la semana, a ver qué opinan de que el pobre millennial español pierda su tiempo en Twitter e Instagram cuando llega a casa después de trabajar.

Algunas ideas recuerdan bastante a las de Byung-chul Han, sobre todo cuando habla de que te conviertes en empresa de ti mismo y ya no necesitas que te fuercen desde fuera. El sistema logra que te sientas feliz al ser productivo, para ser tú mismo necesitas sentirte eficiente. Todo es autopromoción y mercantilización de uno mismo. Con el Instagram es como si trabajaras 24 horas, promocionándote, el trabajo se fusiona con la vida misma. Esto produce fatiga.

Hay fatiga tecnológica, un agotamiento de estar siempre disponible. Dice que los intentos de desconectar fracasan porque no hay una "separación efectiva entre el adentro y el afuera de la red, entre el mundo de la técnica y el mundo de lo humano". Se intuye la idea, pero está poco desarrollada. ¿Qué es dentro y fuera? ¿Por qué hay que separar de esa manera?

La fatiga no depende sólo de las redes sociales. También influye el desarrollo de la tecnología doméstica (lavavajillas, neveras, etc.) o la distribución de Amazon.

Da por hecho que todo el mundo trabaja 24/7 para aumentar el rendimiento de su marca personal y siento decir que no es así.

¿Cuál es el problema?
Según el autor, el agotamiento y la depresión que causa el capitalismo (sobre todo por la precariedad laboral) se intentan definir como carencias morales de toda la generación millennial (porque son débiles, holgazanes e hipersensibles).

Trabajo y sujeto
Los avances tecnológicos hacen que aumenten las horas de trabajo y la disponibilidad.

Se usan etiquetas para ocultar la realidad. Se oculta la precariedad diciendo que el millennial tiene que ser más creativo y que puede ser su propio jefe.

Somos una empresa. Nuestra vida misma se puede ver en términos de capital. El sujeto se define por sus capacidades productivas.

Después de leer 100 páginas, todavía no ha intentado explicar sus posturas iniciales. Mucha dispersión filosófica con estilo alambicado y poco más. Tiene sus lecturas y coloca bien los verbos, pero falta claridad en el manejo de los conceptos.

"La consumación del sueño húmedo del neoliberalismo [es] la coincidencia total entre individuo y empresa".

Hay que "perseguir la intuición de Paul Lafargue: debemos romper la asociación entre trabajo y vida buena, entre trabajo y bienestar, entre trabajo y felicidad. Lafargue tenía razón: el amor por el trabajo es una depravación, una enfermedad socialmente inducida. Si la crítica debe ser ambiciosa, el eslogan es claro: no seas tú mismo". Difuso. Este párrafo es clave para explicar ese "no seas tú mismo" del título, pero la relación entre ser uno mismo y la autoexigencia y la autopromoción no está bien definida. Tampoco indaga en la percepción que puede tener cada uno de su trabajo y su bienestar.

El ensayo cojea porque plantea una perspectiva limitada, muy centrada en la productividad que impone el neoliberalismo.

Redes
Critica a los extrabajadores de Facebook, Google, etc., por defender la desconexión digital, como si fuera parte del negocio. No entiendo la idea, no veo qué tiene de malo. Si los jefazos de Silicon Valley no quieren que sus hijos usen la tecnología a todas horas será por algo.

Como tantos otros textos de este calibre, escritos por gente enganchada a las redes, intenta quitarse responsabilidad de su adicción o intenta justificarla suavizando su negatividad.

No está de acuerdo con que se critique el uso de las redes, pues al final "el problema, a ojos de los defensores del bienestar digital, es nuestra incapacidad para mantenernos concentrados y productivos". Es decir, el autor alega que si se critica el uso de las redes es porque dejas de producir para el sistema capitalista, lo cual es absurdo, hay muchas otras razones. Perder tu tiempo y perder capacidad de atención te afecta a varios niveles en tu vida cotidiana.

Afirma que los responsables del malestar digital no son los dispositivos y añade que aunque tires el móvil por la ventana, seguirá habiendo pisos turísticos y los alquileres seguirán altos. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Si su premisa era que la fatiga viene de perder el tiempo en el móvil después de un día de trabajo...

Los móviles y las redes sociales no son los únicos factores del malestar, hay factores sociales y económicos. Hay que luchar de forma colectiva contra el sistema que hace que la tecnología sea necesaria (no propone nada concreto).

Empeñado en romper el "productivismo neoliberal", asocia la adicción a las redes al productivismo neoliberal, es decir, está mal porque en ese tiempo dejas de producir. Una justificación un tanto estúpida, se quiere quitar responsabilidad, como si su malestar estuviera creado por la productividad que exige el sistema (parece querer decir que si el sistema no le exigiera ser productivo, podría perder el tiempo en Instagram y no se sentiría mal).

Hay un capítulo dedicado al suicidio y la autoayuda... desconozco el motivo. Intenta relacionarlo con el resto, pero no encaja bien.

Productividad
Menciona una obra de teatro que está hecha para que te duermas y te la pierdas, desafiando el FOMO, que es una "disposición existencial del empresario de sí mismo, que vive obligado a maximizar su eficiencia productiva en todas las esferas, a estar siempre atento, a estar siempre al día". Creo que el FOMO tiene más que ver con la sobreestimulación y el miedo a perderse una buena dosis de entretenimiento. 

Pregunto: ¿prestar atención a una obra de teatro es algo productivo y eficiente o es lo mínimo que exige una obra artística? Espluga afirma que prestar atención es sinónimo de ser eficiente y productivo. Entonces, ¿si yo presto atención a su libro, estoy siendo esclavo del neoliberalismo y sus exigencias de productividad? ¿Es mejor ignorarlo todo y no prestar atención? ¿Eudald...?

Si sufrimos insomnio o dormimos mal, el sistema cuestiona nuestro estilo de vida "como si nuestra supuesta adicción a las redes no fuese un epifenómeno del imperativo de rendimiento y tuviese un claro componente de clase y género, sino un defecto generacional de nuestra voluntad". Los millennials han nacido con muchas comodidades, casi me decantaría más por la incapacidad para esforzarse que por el rendimiento que exige el sistema.

Según Espluga, se supone que el sistema, para que seas más productivo, quiere que duermas bien y te cuides. En realidad es al revés, a las empresas digitales les interesa que duermas menos y que pases más tiempo en el móvil viendo anuncios, por eso desarrollan mecanismos para engancharte. Esto aparecía en el libro de Johann Hari (comentado aquí).

El autor, por supuesto, descarta todo lo que indica que ver pantallas por la noche empeora el sueño.

"La fatiga es, por lo tanto, el resultado de una infraestructura económica que no solo exprime la fuerza de trabajo de los individuos, sino cualquier tipo de energía empleada en cualquier ámbito y en cualquier momento del día. Incluso el descanso [...] está sometido a la lógica del esfuerzo y la optimización". Es decir, como te aconsejan que cuides tu descanso (y no mires pantallas por la noche) esto significa que quieren que seas productivo al día siguiente. Me parece una estupidez.

Dice que los millennials están agobiados y por eso sufren insomnio y están demasiado exhaustos como para poder trabajar en mejorar el descanso. Más estupideces.

Asegura que como eres responsable de ti mismo, vives con ansiedad y en hiperactividad. ¿Qué tiene que ver esto con la fatiga causada por las redes sociales? Dispersión.

Brochazos finales
"La fatiga de ser uno mismo [...] describe el colapso del individuo bajo un sistema socioeconómico que lo responsabiliza de todo lo que le pasa". Se sacude la responsabilidad de cualquier problema.

Luego dice que "los mandarines del capital quieren que los revolucionarios sean indolentes y su activismo consista en estar de bajona, cansados y drogados". ¿En qué quedamos: quieren que te cuides para ser productivo o quieren que seas un despojo?

"La fatiga entraña una invitación a no ser nosotros mismos, a querer desaparecer, a la nada".

Pues nada.

13 de junio de 2025

K&D

Intrusos
de Adrian Tomine.

Cómic que me parece moderadamente interesante por la variedad de estilos visuales que ofrece, ya que Tomine, dentro de un orden, juega con el diseño de las viñetas, las ilustraciones, los colores, el tono de los textos... lo cual genera diferentes atmósferas y da riqueza al conjunto.

No obstante, creo que el autor se dedica a mostrar de forma directa las miserias o la falta de talento de una serie de perdedores sin apenas reflexionar sobre las peculiaridades de cada situación. La sensación es que ha sacado a la mesa platos a medio cocinar. Falta parrilla y falta cocción.

11 de junio de 2025

Teselas vibrantes

La vía de la narración
de Alessandro Baricco.

Aquí hay historia, trama y estilo, de la mano de un narrador magistral, con una prosa exquisita que despliega las ideas cual confitura untada en tostada recién hecha.

"[La historia] es el campo magnético que se forma alrededor de una iluminación. La historia no es nunca una línea, sino siempre un espacio".

"No hay peor error que confundir trama e historia". La trama es una reducción, como un mapa de la historia, pero no es la historia en sí.

"En el principio están las historias. Campos magnéticos. Espacios de intensidad. Las tramas las habitan, las atraviesan y las hacen legibles".

Intermedio: rechaza la fórmula narrativa que propone Christopher Vogler en su libro El viaje del escritor, donde asegura que la fórmula de "el viaje del héroe" es idónea para que todo el mundo conecte con lo narrado. Baricco dice que esa idea es una tontería, ya que eso no serían historias sino tramas, como casas deshabitadas, sin alma. Fomentar esa idea también es una forma de extender la fórmula dominante, alimentando la dominación que ejerce el inglés y la mentalidad individualista y capitalista de Estados Unidos, lo que disminuye la libertad de los escritores.

A la historia y la trama hay que añadir el estilo. El estilo levanta sospechas y "de manera instintiva, la gente percibe el peligro latente de un fenómeno que procede de las tinieblas. Cuando, por el contrario, el estilo, siempre, es luz".

"En el estilo, la historia y la trama adquieren cuerpo".

Cuando "historia, trama y estilo aparecen convenientemente entremezclados" surge la magia y ahí la literatura se convierte en un acontecimiento casi místico que se acerca a la verdad.

9 de junio de 2025

Filippandou

Veinte corazones, ganadores
de Efthimis Filippou.

Por mucho que me gusten Canino o Langosta (películas dirigidas por Yorgos Lanthimos), aquí Filippou (guionista de nacimiento) presenta tres escritos breves de dudosa calidad conceptual y de escaso talento narrativo, pese a sus intentos exacerbados de impactar y ser original incluyendo absurdideces y violenciaceces.

Alguien habla solo mientras sostiene un vaso de leche
-¿Pascual o Central Lechera Asturiana?
-¿Vaso de plástico o de cristal?
-Tarta de manzana
-¿Golden o Royal Gala?
-Se me ocurrió pescar, anoche.
-Dame un besito mi besuguito
-A ha h
-I love artichokes, do you?
-I am not an anonymous person
-Therefore it was published

Escenas
Ocurrencias aleatorias cuyo envoltorio indica que pueden contener trazas de frutos secos, El sacrificio de un ciervo sagrado, Kinds of Kindness y no de crustáceos.
Si me das me das.
No me dio.
Desenfoca.
Corten.

Sangres
Querido Yorgos

Todas estas ocurrencias que se me ocurren en un momento dado suelen quedar bien en la pantalla, pero en el papel no acaban de cicatrizar, no coagulan, ejercen el libre albedrío y fluyen de manera azarosa y desigual por todo mi corpus. Necesito que me eches una mano urgentemente.

Con amor y glóbulos rojos,
Efthimis.

8 de junio de 2025

One Touch Essay

La escritura y el cuerpo
de Gabriel Josipovici.

Ensayo.
Ensayo sobre el cuerpo y el tacto.
Y la escritura y el cine.
El cine como paradoja.
Estamos y no estamos ahí con los personajes.
Observaciones oblicuas.
Llego al capítulo 2 in-tacto.
Ver el horizonte desde lejos no me cuesta nada.
Pero ir hasta allí requiere esfuerzo.
Ojos vs cuerpo.
Irregular.
¿Llegué al capítulo 4?
Muchas referencias que se alejan de la semilla inicial.
Cortes en el flujo conceptual.
Empezamos en un punto y acabamos en otro.
Frustrante.
Marea de ideas.
Josipovici se ha dejado llevar.
No es un ejercicio de claridad sino de narratividad.
Escritura precisa, sí.
Manejo de ideas insípido, también.
¿Un ensayo sobre cine y literatura que me resulta aburrido?
Todo es posible.
Nada es imposible.

6 de junio de 2025

Marra el miau

Blacksad
de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido.

Después de leer los dos primeros volúmenes de este cómic me pregunto de dónde salen tantos piropos. Me temo que no es más que un amasijo de clichés de novela policiaca con un 
pésimo desarrollo narrativo, aunque, eso sí, los dibujos son de calidad. 

El ritmo es demasiadoacelerado, apenasrespira, ynopermite quelos personajes cojan fuerza. Incluso hay algunas elipsis un tanto descuidadas. Entiendo que la trama tiene que avanzar a toda costa, pero no a expensas de maltratar al refranero de esta manera: vísteme deprisa que no tengo de espacio.

4 de junio de 2025

Mano Majra

Tren a Pakistán
de Khushwant Singh.

Segunda lectura.
Leo lo que escribí la primera vez (en 2013, aquí) y siento lejanía.
Historia sencilla, pero muy auténtica y vivaz, sobre la partición de India que llevaron a cabo los británicos tras la Segunda Guerra Mundial y que dio lugar a la creación de Pakistán.
Esta división hizo que los musulmanes se fueran a Pakistán y los sijs e hindúes a India (con unos cuantos muertos de por medio).

Párrafo con spoilers:
En general, Singh es crítico con la corrupción, la religión y cómo los indios suelen prescindir de la razón y los hechos para guiarse por el mundo.
Aunque al final del libro un personaje observa: "si las cosas te las tomas tal como son, se dijo, no parece existir un código humano o divino que pueda guiar nuestra conducta".
El autor acaba sugiriendo que uno es de donde nace y crece y nada tiene que ver la religión (el musulmán de la India no tiene nada que ver con Pakistán) y, por tanto, los conflictos religiosos son absurdos.

Apuntes varios:
- Los trenes son el reloj de la aldea de Mano Majra.

- Llega Iqbal, trabajador social que ha estudiado en Inglaterra, y afirma que la moralidad es una cuestión de dinero. Como la gente pobre no se la puede permitir, se acogen a la religión.

- Iqbal reflexiona y se pregunta por qué no hay control de la natalidad en India. Se les va de las manos con tanta población.

- Gran frase: "el hombre sabio nada con la corriente y, aun así, alcanza la otra orilla".

2 de junio de 2025

Bóvido africano de mediano tamaño

Ñu
de Pau Luque.

El narrador afirma que este libro es "sobre qué demonios es una solución" y añade: "voy a escribir sobre qué demonios es una solución porque nada me ha atormentado más en el pasado que la obsesión por creer que tiene que haber una solución para cada cosa".

Luque juega a los laberintos y juega con los hilos que ayudan a salir de ellos. Manipula los conceptos de respuesta, problema, solución...

La respuesta a una pregunta de un crucigrama es ñu y un personaje reflexiona: "la respuesta es ñu, pero la solución no" y sigue "si, como dices, sabes qué son los crucigramas, sabrás que cuando te piden responder a una pregunta acerca de un bóvido o un antílope de dos letras no tienes ni que pensar. Es automático: la respuesta siempre es ñu. Pero una respuesta no es lo mismo que una solución. Encontrar una solución quiere decir que tienes algún problema que resolver, alguna dificultad que superar, alguna cuestión cuya respuesta exige darle vueltas al asunto. Cuando te preguntan por un antílope en un crucigrama y la respuesta tiene dos letras, no has tenido que superar ninguna dificultad. Con los otros acertijos de un crucigrama poco o mucho tienes que romperte los sesos. Ñu es la solución a un problema que en realidad no tienes. O sea, no es una solución, es una obviedad, un autoengaño, una respuesta fácil o incluso una excusa para justificarte".

Y de ahí llego a esto: el tema de la búsqueda de solución es una excusa para escribir este libro.

Resulta que tenemos la necesidad de dar razones cuando no las hay. Ahí empieza la barbarie.

Se puede escribir un libro sin tener razones para ello.

Aunque la novela avanza con paso firme y las anécdotas que incluye Luque son por lo general agradables, hacia el ecuador merodea la sensación de que se está convirtiendo en un tratado filosófico.

Inciso: a raíz de una frase de Camarón, el narrador (¿o Curiel?) llega a la conclusión de que "la libertad es dejar de hacer lo que llevas dentro y hacerlo solo cuando quieras". Muy buena frase.

Luego empieza a manosear conceptos filosóficos sobre el amor y la identidad y aumenta el aburrimiento.

Las conversaciones del protagonista con Curiel empiezan a parecer un artificio para ordenar ideas o dialogar sobre algo que le interesa al autor. Parece que Luque quiere evitar que la novela se convierta en un ensayo filosófico, pero no lo consigue.

Más adelante hay una parte en la que se produce un bombardeo de nombres de escritores y el autor pierde el control de la narración, la obra muta y se convierte en una sucesión de divagaciones intrascendentes. Y a uno no le queda más remedio que abandonar (justo cuando estaba a punto de tocar la orilla con la punta de los dedos).

1 de junio de 2025

Mèlangelisticoespialidoso

La fragilidad del mundo
de Joan-Carles Mèlich.

Subtítulo: ensayo sobre un tiempo precario.

Hay que proteger el mundo. Para habitar el mundo hay que demorarse.

"Vivimos en una época rica en conocimiento y pobre en sabiduría. Saber no es conocer. El conocimiento atrapa el mundo en categorías, en fórmulas y en conceptos. La sabiduría, en cambio, abandona las garras del concepto y se abraza al fluir de la metáfora".

¿De ahí lo precario?

Desempalabramiento del mundo.
Crisis de sentido.
Las palabras y las cosas se separan.

"Venir al mundo es heredar una gramática. Entiendo por gramática una 'organización articulada de la percepción, la reflexión y la experiencia' a partir de signos, de símbolos, de normas y de gestos. Habitar el mundo es interpretar una gramática".

Saludos a Perogrullo.

El autor divaga, mezcla ideas sobre el mundo, el tiempo, la existencia, la memoria...

Leo dos capítulos y en ellos me encuentro una cantidad de dispersión y de aspectos que Mèlich da por sentados sin desarrollar que, agotado, decido dejarlo. No es capaz de desarrollar con precisión sus ideas, va saltando de una a otra sin ton ni son. No conecto con lo que cuenta ni con cómo lo cuenta ni con la dispersión.