Novela de ¿terror? escrita con sencillez que arranca muy bien, se extiende demasiado en la sección intermedia y al final se resuelve de una manera bastante interesante. Si bien es cierto que esperaba más incidentes y sentir algo más de miedo, creo que la atmósfera está conseguida, los personajes son creíbles y el giro final es de rechupete.
Reflexión (con spoilers):
El suicidio final de la protagonista es ambiguo, ya que no sabemos si se ha vuelto loca o ha sido la casa la que ha hecho que se suicide. Igualmente, la idea queda clara: una persona que nunca ha sido amada y que vive infelizmente encerrada en casa con su madre acaba disfrutando cualquier cosa que le estimule y le haga sentirse querida o, como ella misma lo expresa a veces, "pertenecer". Aquí pertenece a un colectivo y siente cosas, aunque no sean del todo bonitas.
Profundizando un poco más, podríamos decir que la protagonista acaba enamorándose de la casa (ella no deja de repetir la frase que da título a esta reseña, en español vendría a ser: en los viajes acaban encontrándose los amantes). En el fondo, la casa representa cualquier tipo de relación abusiva o asimétrica en la que la mujer se mantiene con tal de sentir cosas y pertenecer, aunque todo ello sea negativo. Aquí la protagonista prefiere la montaña rusa nociva antes que la monotonía estable.
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