La ciudad solitaria de Olivia Laing.
Ensayo que ofrece una reflexión aguda y emotiva sobre la soledad apoyándose en la propia soledad que sintió la autora en Nueva York y en la alienación de varias figuras artísticas del siglo XX.
En general, es un trabajo revelador y elocuente que no habla tanto de la ciudad de Nueva York como de estos artistas (título ligeramente engañoso, aunque lo de dentro satisface).
Edward Hopper... La soledad a través de los cuadros del pintor. Buen ensayo. Buen análisis y buena narración. Dice que Hopper es capaz de mostrar a la vez la soledad y la insoportable sensación de estar expuesto que va asociada a ella. Iluminador.
Andy Warhol... Se siente tan diferente y aislado que pinta cosas que no son únicas sino que se producen en cadena (Coca-Cola, sopa de tomate, etc.). La diferencia causa malestar y la igualdad evita el rechazo. Los productos populares de sus cuadros son deseables por todo el mundo. Una manera de ser deseable.
David Wojnarowicz... biografía del artista, su dura infancia y juventud y su alienación y cómo intentaba con sus fotos que la gente se sintiera menos alienada. Correcto.
Henry Darger y Klaus Nomi... conserje artista under y cantante alienígena. Estos capítulos no golpean con la misma fuerza, quizá por no ser figuras tan emblemáticas, pero la autora sí indaga un poco en la epidemia de sida que sufrió Nueva York en los años 80.
Más adelante, Laing habla de la soledad y el miedo a la intimidad y afirma que por eso internet tiene tanto éxito, te permite conectar con gente sin perder tu privacidad. Dice que exponerse físicamente da miedo. Y concluye que la cura de la soledad no es estar con alguien, sino ser amiga de ti misma y entender que muchas cosas de las que nos afligen son el resultado de fuerzas estigmatizadoras o de exclusión que hay que resistir.
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