Son de Mar de Manuel Vicent.
El arco narrativo de la historia de amor funciona bien, la prosa está muy cuidada y el banquete que conforman la carne, el hueso, la fantasía y la mitología es suculento. No obstante, sobran páginas. La primera mitad es estimulante, poética y exuda misterio, pero traspasado el ecuador, la novela va perdiendo fuelle (se va volviendo más terrenal) y uno llega a la parte final con ganas de que se acabe ya. Despierta sensaciones contradictorias, pues tiene muchos ingredientes de calidad, pero el resultado final no es totalmente satisfactorio.
Rubem Fonseca: El salvaje de la ópera
Hace 1 hora
No hay comentarios:
Publicar un comentario