Esta novela tiene una primera mitad que muerde y una segunda que duerme. La conclusión vuelve a morder, pero no es capaz de elevar al conjunto. Lo que sucede es que cerca del ecuador, la narración empieza a ir a la deriva por el exceso de información que presenta y porque el autor pierde de vista la trama principal. La fuerza del misterio se va diluyendo en una laguna de descripciones innecesarias. El final está bien, pero uno llega cansado. Parece que la historia se ha extendido sin necesidad. Lo más curioso es que la prosa es un tanto robótica (en inglés), pero la historia está bien contada y engancha. Tengo dudas a la hora de recomendarla porque hay cierta ambivalencia, pero es perfectamente disfrutable.
Apunte con spoilers:
El autor introduce un asesinato del pasado que ralentiza un poco el desarrollo de la trama principal, pero que acaba siendo clave. La gracia es que Manfred acaba pagando su pecado inicial por un pecado que él no ha cometido, de tal manera que el pecado del pasado se cobra su venganza.
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