El libro de las aguas de Eduard Limónov.
La idea de juntar recuerdos relacionados con los diferentes mares y océanos es sugerente y genera un vínculo simbólico con la idea de fluir. Y posiblemente eso sea lo mejor del libro. Lo dejé a las 83 páginas. La prosa es directa y competente, se busca el impacto, pero las anécdotas que comparte el autor son, por lo general, aburridas. Los asuntos políticos no aportan nada y las abundantes observaciones sexuales acaban haciéndose repetitivas. Esperaba más de Carrère.
Anora
Hace 5 horas
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