Teoría del ascensor de Sergio Chejfec.
TERMINADA LA LECTURA, es decir, tras cerrar el libro a las 50 páginas, ignoro de qué se trata y tampoco me interesa. Si alguna enseñanza o advertencia sostiene, escapa a mi entendimiento. Su edificio fragmentario excesivamente intelectual, cuya sinuosidad hermética roza la indeterminación y cuya petulancia viperina satura la nariz de vapores agrios, no nos enseña nada ni como ensayo ni como literatura. Aunque, como ocurre por lo general, la palabra enseñanza alude a cosas diferentes que no ha sido intención de la lectura, y acaso tampoco del libro, considerar.
Nota: si la reseña le resulta extraña, ambigua, indecisa o inopinada, se debe a que ha sido parcialmente elaborada con fragmentos de la propia obra, intentando imitar la tortuosidad torturosamente torturante del estilo del señor Chejfec.
El realismo socialista
Hace 12 horas
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