Chance es un jardinero analfabeto cuya naturalidad y sencillez encandilan a todos. Por azar (chance) conoce a un hombre poderoso y poco a poco, gracias a sus interacciones inocentes y aparentemente cargadas de sabiduría, su popularidad va creciendo.
Jerzy Kosinski plantea un texto interesante que se apoya en la ingenuidad de todos los personajes para salir adelante, algo que no es 100% creíble y que requiere una suspension of disbelief considerable, pero que funciona bien. Un ejemplo de esto es que el protagonista habla literalmente de su jardín y la gente interpreta que son metáforas sobre la sociedad y la nación. Inverosímil pero simpático.
En el fondo lo que ocurre es que la literalidad, elusividad y pasividad de Chance son interpretadas como atributos profundos, misteriosos y sabios. A nivel social, podríamos decir que la gente da por hecho que alguien que alcanza una posición de poder y gana popularidad no puede ser tan literal y simple en sus ideas.
El referente conductual de Chance es la televisión y siguiendo lo que ve en ella consigue dar en el clavo en cada situación. Supongo que Kosinski asocia la figura de Chance con un ser vegetal, una planta con capacidad de observación, de ahí que agrade a todo el mundo. Se podría decir que es un espectador de todo, no un participante verdaderamente activo de la realidad, y eso hace que fluya con las circunstancias y resulte ameno y cordial.
La novela se lee con mucha facilidad y aunque requiere bastante fe por parte del lector, presenta un personaje encantador y una narración precisa que juega con ideas atractivas.
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