Sueños, drogas y caos... tres palabras que resumen a la perfección lo que propone esta novela de ciencia ficción (también etiquetada como "ciberpunk") en la que me adentré unas 100 páginas antes de tragarme una pluma amarilla voluntariamente y con bastante prisa.
Desde un primer momento choca lo poco atractivos que son los personajes, lo descuidada que es la prosa, lo flojos que son los diálogos y el tono excesivamente infantil que lo impregna todo. La verdad es que no he encontrado ningún elemento que merezca la pena.
Además, el motor de la historia es demasiado convencional y uno duda sobre la necesidad de tanta parafernalia (que si vurt, plumas, cosas del espacio exterior, polisombras, barbariesombras, puros, etc.). La trama es tan simple que da la sensación de que la acumulación de extravagancias es un intento superficial de diferenciar un relato rudimentario.
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