Ventiladores Clyde de Seth.
Seth nos arroja al mundo de las ventas de ventiladores (años 50 y 70) y todo acaba siendo tan aburrido como suena. La sensación general es que los dibujos son intrascendentes y que sólo se ha prestado atención al texto. Un texto que, por otra parte, es bastante pesado, con personajes contando batallitas y detalles insulsos sobre el trabajo de comercial o lanzando reflexiones vagas sobre el tiempo y la memoria. La parte de Simon es extremadamente gris, sosa y repetitiva, llegando a presentar varias páginas enumerando objetos. Y justo fue ese tornado enumerativo el que aniquiló las pocas ganas que me quedaban en ese momento de seguir la lectura.
Rubem Fonseca: El salvaje de la ópera
Hace 4 horas
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