La mayor estrella de rock del planeta se apoda Goddard y nadie le ha visto nunca. Esa es la premisa de la magnífica novela de Jerzy Kosinski, una oda a la música y el sexo y al misterioso vínculo que existe entre ambos. Un vínculo que Kosinski desarrolla muy bien, llevando ambos planos a un lugar más profundo y trascendental de lo habitual e intercalando alguna reflexión sobre el fenómeno fan, el anonimato, las apariencias y las cuestiones entre alta y baja cultura.
El autor acompaña sus extensos conocimientos musicales de una prosa muy sólida, unos personajes bien trabajados y ciertas paradojas interesantes. Tiene algunos defectos menores, pero es fácil pasarlos por alto con todo lo que ofrece. En general, es un texto muy inteligente y sensible al que quizá le falten situaciones más variadas, pero que toca las teclas adecuadas para convertirse en una melodía notable.
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