Libro de relatos que salvo algún destello puntual, me pareció bastante básico. Sólo merece la pena el relato que da título al libro y aun así creo que Sillitoe no sabe expresar con claridad sus ideas.
Observaciones sobre el relato en cuestión, que viene a contarnos lo siguiente (con spoiler): un ladrón que está en una cárcel para jóvenes participa en una competición de atletismo y mientras corre se dedica a pensar y ese flujo de pensamientos nos revela que no quiere ganar la carrera, aunque sea capaz de hacerlo. Decide perderla porque no quiere complacer al gobernador, porque siente que la victoria sería más del gobernador que suya.
El protagonista no quiere ganar ni dedicarse profesionalmente a correr (aunque esto le pueda aportar una vida cómoda), ya que eso supondría hacer caso a la gente en lugar de seguir su propio camino. Él quiere ser libre a toda costa, hasta el punto de reafirmar sus fechorías: "prefiero ser como soy (siempre huyendo y descerrajando tiendas por un paquete de cigarrillos y un tarro de mermelada) que tener el látigo en alto sobre otros y estar muerto".
No entiendo por qué Sillitoe plantea que es incompatible ser profesional del atletismo y mantener la honestidad, sin abusar de otros. Si se trata de que el protagonista no haga ni la mínima concesión, creo que es una auténtica estupidez, pues brindándole una sola victoria al gobernador, puede lanzar su carrera en el atletismo, olvidándose de robar y de vivir en la miseria.
Me da la impresión de que aquí Sillitoe genera un nudo extraño que es difícil de desatar. Ser pobre no es sinónimo de ser honrado ni buena persona (y menos si robas), al igual que tener un puesto de poder tampoco es sinónimo de ser mala persona. Es evidente que quiere crear un personaje que acepta con pasión lo que le ha tocado vivir (clase baja) y rechaza con furia a los mandamases (clase alta), pero la forma de hacerlo no es totalmente convincente.
Más interesante me parece la relación que establece entre la vida y correr y cómo la vida es una carrera de fondo y la meta es la muerte. Por eso dice que las carreras no las gana nadie, porque la vida no la gana nadie, todos mueren. Esta idea es más relevante, pero se ve eclipsada por el asunto de clases. También se podría ver como una analogía de la carrera de escritor y Sillitoe se estaría posicionando ideológicamente como autor que no se doblega ante el poder.
Después de la carrera, el tipo sale de la cárcel y sigue robando. El lector sale del relato y se rasca la cabeza intentando averiguar qué quería decir Sillitoe. He leído el relato dos veces para empaparme mejor del texto, pero no he sacado nada en claro. Entiendo que el autor defiende a capa y espada a la clase baja frente a los poderosos y le otorga cierta honradez cuasimítica, pero ¿por qué tiene que ir esta asociada al robo? ¿El robo se convierte en algo honrado si eres pobre? ¿Más honrado que ser rico y pedirle a un joven que gane una carrera?
*Las citas son de la edición de Seix Barral.
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