La vida simple de Sylvain Tesson.
Maldigo a mi mujer por habérmelo recomendado... y así le quito algo de peso a mi mala decisión. El tiempo es oro y este libro no merece la pena. Es fácil: Sylvain Tesson no está a la altura de la experiencia que él mismo ha diseñado. Su perspicacia y su capacidad introspectiva son escasas, por no hablar de sus carencias espirituales. Si se hubiera recluido en una habitación de París durante seis meses el resultado habría sido el mismo.
No hay autenticidad, no hay conexión real con el entorno, todo parece una pose intelectual. Cuando no está visitando a alguien, está fumando puros, emborrachándose con vodka o citando libros... todo lo posible para alejarse del momento presente. Incluso el estilo narrativo carece de intimidad, como si estuviera escribiendo para alguien en lugar de plasmar con un mínimo de honestidad lo que piensa y siente para sí mismo.
Ejemplo nítido de la página 78: refiriéndose a su apellido dice "El Tesson sería un ser nostálgico de la unidad perdida, tratando de reunirse con el Todo. Que es lo que hago aquí, emborrachándome en los bosques". Es decir, Tesson ve con total normalidad que conectar con el todo y emborracharse son primos hermanos, cuando el alcohol sirve precisamente para anestesiar al ser, torcer su juicio, nublar su integridad como individuo. Encajaría mejor con su personalidad una aventura encerrado en una casa de apuestas durante tiempo indefinido.
Anora
Hace 5 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario