Agnomia de Róbert Gál.
Torrente incontrolable de ideas, ocurrencias y referencias, con saltos espaciotemporales alocados, que únicamente llama la atención por su pretenciosidad, su volatilidad y su falta de ingenio. Algunos quieren ser posmodernos llenando la libreta de garabatos arbitrarios que no aportan nada al lector. Otros creen que incluir infinidad de nombres de figuras literarias y artísticas va a conseguir que su obra eleve su conteo de glóbulos rojos. Todos ellos hacen acto de presencia aquí.
Rubem Fonseca: El salvaje de la ópera
Hace 4 horas
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