12 de abril de 2021

La estalactita horizontal

Hielo de Anna Kavan.

Leído en versión original, hasta la mitad. Pese al hielo, el lector no se desliza. Una mujer se adentra en un pueblo misterioso buscando a otra mujer. Hasta ahí puedo leer y hasta ahí leí. Con una atmósfera que recuerda a Kafka, sí, y una prosa que se atasca cual veiculo longo en carretera nevada. Siguiendo el chiste: me dejó frío. La trama no tiene ninguna intensidad y el desarrollo, más allá de generar cierta intriga intermitente, no tiene fuerza. Todo transmite un estatismo excesivo, el texto al borde de la congelación. Ja + ja. Parece que la narración está sin pulir, demasiadas palabras para tan poca variedad de sucesos. Kavan sigue una línea clara, altamente programada, de la que apenas se separa, y el conjunto se resiente. Una onda sin valles ni crestas que genera una continuidad insulsa, una estalactita horizontal.

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