24 de abril de 2014

Pozuelo de Alarcón

El niño que robó el caballo de Atila de Iván Repila.

Dos niños en un pozo... Buen libro en su emotividad y desarrollo. Estilo sencillo. Final algo excesivo, demasiado efectista. Creo que comete un error con la personalidad del hermano pequeño, principalmente cuando reflexiona como un adulto, lo cual resulta inverosímil. Aparte, da la sensación de que el hermano pequeño es una marioneta que cambia de carácter según le place al narrador, ahora parece un adulto, ahora se vuelve loco, ahora habla mal, ahora está cuerdo... demasiado caprichoso. También es criticable la invocación de una poética ambigua y ciertas reflexiones difusas. Precisamente, el principal problema es que no concreta, utiliza la ambigüedad para que la historia adquiera visos de parábola y que el lector pueda atribuir todo tipo de significados a la narración. Algunos atrevidos dicen que las citas del principio (de Bertolt Brecht (escrito Bertold) y Margaret Thatcher) marcan un tono que permite una interpretación alegórica. En mi opinión, en ningún momento el texto, más allá de esas citas iniciales, conecta con esa idea. Es un fenómeno interesante ver cómo una cita inicial puede multiplicar las interpretaciones de forma gratuita, a pesar de que la narración no transmita lo mismo o resulte ambigua al respecto. La sensación final es que he leído un libro bien escrito, con una historia interesante, bien contada, pero que me voy a la cama sabiendo lo mismo y sin aplaudir por dentro.

12 comentarios:

  1. Estimado señor:

    Ya que menciona la cuestión de las citas antes de las novelas, le diré que es un problema que lleva un tiempo preocupándome: no mucho, no demasiado tiempo, no se me asuste. A veces soy malo y pienso que se enchufan sin más, para demostrar lo mucho que sabe el autor, o que ha leído a no sé quién o que sus ideas coinciden con las de Mengano, un reputado autor del siglo X (no el diez, cualquiera: el equis).

    Creo que después de la cita que Pynchon utiliza antes de la cuarta parte (La parte contraria) de El arco iris de gravedad nadie más debería utilizarlas sin esforzarse un poco. Pero es solo mi opinión.

    Un saludo y felicidades por el programa:
    Torcuato Cando

    P.S.: Ahora, como justo castigo, cualquiera pensará que cito a Pynchon —que cita a Richard Nixon— para demostrar lo mucho que sé, que he leído el libraco de marras y que mis ideas coinciden con las del reputado autor del siglo XX ¿o del XXI?

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    1. Estoy de acuerdo. Últimamente está muy de moda meter 3 o 4 citas al principio del texto para ver si a base de felaciones lo vacío coge peso.

      Me están entrando ganas de releer "El arco iris de gravedad"...

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  2. Todavía tengo que leer una novela en que el protagonista sea un niño creíble, porque hasta el momento nanay

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    1. El tema de los niños en la literatura es algo espinoso, porque se utilizan mucho como excusa para no elaborar la prosa, para que la psicología no exista o simplemente para que no haga falta profundizar. En esta dirección, me cabreó mucho el de "El curioso incidente del perro a medianoche", que lo ponen de obra maestra y me parece que juega con la trampa.

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    2. Estoy leyendo ahora mismo "El jilguero", de Donna Tartt. El protagonista, al menos en la primera mitad de la novela, que es lo que llevo, es un chico de entre 13 y 15 años (no sé si contará como "niño"), y la verdad es que es de lo mejor que he visto en chicos literarios. Por lo demás, me está pareciendo una novela sencillamente fantástica, nada que ver con la inmensa mayoría de esa basura que dedican las editoriales a estropear papel.

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  3. Eso de arrancar con una cita es mucho de "dissert", o sea , de comentario de texto a la francesa, que suele iniciarse con una cita del autor, que condense el espíritu de su obra, y que luego hay que justificar.

    Es un tipo de comentario que requiere bastante esfuerzo, porque hay que documentarse muy bien y no ceder ante posibles interpretaciones erróneas, que dan lugar a un "hors sujet" - off topic, para entendernos- y que supone una descalificación inmediata. Vaya, que hay que saber emplear las citas, porque si no vienen a cuento mejor no ponerlas, que invalida el resultado.

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    1. Creo que es un recurso algo snob para una obra literaria. Cuando abro un libro y veo que al principio tiene 4 o 5 citas, ya dudo de su calidad.

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    2. Peor es la moda en la sci-fi y en la fantasia (valga la redundancia) de las falsas citas. Al principio de cada capítulo te ponen "citas" de un libro que escribe uno de los protagonistas en el futuro de la historia que te están contando ahora.

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  4. A ver, nen...

    Pero... ¿hay que léersela o no hay que léersela?.

    ¿Iván se llama de verdad Répila o le pasa lo que a Lóriga que, el tío, quiere romperlo hasta con el naming?

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    1. ¿Influye el nombre del registro civil en la calidad del autor?

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    2. Hay que leérsela para tener opinión propia. Es un libro que se lee del tirón y bastante cortito. Merece la pena, pero no esperes una obra maestra.

      Un Pepe López no viste tanto como un Iván Repila o un Julián Bluff, eso está claro. Supongo que es su nombre real. Tampoco hay que despotricar de mala manera, bluff.

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    3. julian bluff, qué de derechas que eres...

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