8 de octubre de 2013

Argi, Barto, Crispo

Los huerfanitos de Santiago Lorenzo.

Tres hermanos heredan las deudas de su padre, esto es, la hipoteca de un teatro que vale un dineral, y la única solución que encuentran es organizar una obra y estrenarla para participar en un premio cuya recompensa pagaría la deuda. Este libro es un mejunje de elementos positivos y negativos. Virtudes: la prosa, con imágenes y metáforas de mucha calidad y algún toque poético. El estilo es muy personal, hay una voz propia, y eso se agradece. El ritmo es bueno. El humor es acertado. Quizás también hay que destacar la capacidad del autor para mantener la intensidad, introduciendo en el momento justo algo que reaviva las brasas. Defectos: la estructura es muy básica, introducción, nudo y desenlace, y hay un objetivo claro desde el principio. Todo eso transmite demasiado orden y planificación y resta naturalidad. La prosa en general está bien pero a veces tiene un aire excesivamente antiguo-culto-rimbombante, véase: "mediante añagazas que iba pergeñando", "olía a morocho, no a garanza", o infinidad de términos como "denuedo", "nesciencia", "concitemos", "mamerto", "coyunda", "caireles", "edecán", "manolífico", "leguleyo", etc. El uso de estas expresiones hace que el lector no llegue a conectar del todo con el autor, ya que hay una gran distancia entre el lenguaje del día a día, o más estándar, y el que se presenta en el texto. El argumento es un gran cliché, personajes que necesitan dinero y para ello tienen que crear algo sin recursos. Lo hemos visto mil veces. Lo peor es que el final aumenta el cliché, es happy, y además resuelve el conflicto de forma demasiado espontánea, como si se lo quitara de encima, incluso empaña la intensidad dramática de lo sucedido anteriormente. Por último, lo que suelo achacar a la gran mayoría de libros: no tiene contenido, no transmite ninguna idea. Bajo el foco del entretenimiento es un buen libro, bajo la lupa de la literatura, quitando la prosa, no es nada especial.

9 comentarios:

  1. Coño, me hoy a desahogar de una vez y voy a decir aquí algo que he pensado siempre. Poner "pergeñar" por escrito en un libro (¡con todos los sinónimos que hay para idear, madre mía!) es una cantada de putísima madre. Tarjeta Roja Directa y sodomización bantú en los vestuarios.

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  2. Pues nada, nos limitaremos a escribir solamente el verbo HACER y el verbo SER, y un par de adjetivos muy utlitarios, para no dificultar la lectura, como por ejemplo "bonito" y "feo". Así, un escritor no parecerá antiguo-culto-rimbombante

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    1. Cuando tengas algo que decir más allá de meter mierda gratuita, puedes escribir, si no, existen muchos otros blogs en los que puedes descargar tu ira.

      P.D.: supongo que un intelectual de tu talla sabe que la calidad de un texto no depende de la dificultad o rareza de las palabras utilizadas. Ejemplos hay muchos. Bernhard no usa palabras rimbombantes ni extrañas y construye obras maestras. Bufalino es poesía pura y no recuerdo yo palabras demasiado extrañas para conseguir el efecto poético.

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    2. Perdon por las molestias. No creo haberme expresado de manera tal como para que te pongas así. En cualquier caso, no era mi intención.
      Mis sinceras disculpas y mi triste adiós.

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    3. A lo mejor si no me hubieras metido mierda en varias ocasiones, incluso en otros blogs, no me parecería tan negativo tu comentario.

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    4. Permíteme decirte que tienes la piel muy fina, amigo (y no es un chiste a costa de tu alias). Si a disentir le llamas meter mierda, qué es lo que opinarás de algunos opinadores que frecuentan blogs en los que tu yo participamos.

      Sé meter mierda como el que más, pero te aseguro que cuando hablo de literatura no suelo hacerlo, porque casi todo es subjetivo y por tanto opinable.

      Que no hay química entre tu y yo, y ya está; entre tu personalidad bloguera y la mía. Quizá ante una cerveza hasta nos echábamos unas risas
      Lo dicho: triste y apresurado adiós

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  3. Tengo ganas de leer algo de este autor, el gusanillo me lo inculcó el Kiko Amat con una reseña muy potente que colgó en su blog en referencia a "Los millones", de hecho esa la que me apetecería leer, el caso es que me parece carísima la edición de Blackie Books. A ver si me toca la lotería en alguna visita a la biblioteca...

    Saludos.-

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    1. Vete de putas.

      A los escritores jóvenes españoles, una de las cosas -entre otra muchas- que les falta para escibir más o menos "apañaillo", es "puticlub".

      De cajón ;-)

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