La prosa es muy equilibrada, pero la temática y su
tratamiento distan mucho de lo que podría ser un buen libro. Chico se enamora
de chica, chica se enamora de chico, pero chica ya está prometida, rollo
matrimonio a dedo, muy oriental, y entonces tienen que luchar contra la familia.
Todo esto rodeado de campos de ajo y campesinos currantes. Por otro lado, con
un salto temporal, el chico está en la cárcel por temas políticos. Y el
flamante Premio Nobel se tira 150 páginas que si el chaval en la cárcel que si
su amigo en la cárcel que si los hombres del poder son muy malos y los
trabajadores no tienen para comer y el comunismo y pobrecitos campesinos y en
ese momento ya me he ahogado de política y de pena y de tipiquez porque entré
sin flotador. Si es posible hacer un libro cuyos ejes son los clichés, Mo Yan
lo ha hecho. Porque todos sabemos lo malos e injustos que son los de arriba. Y
también sabemos la putada que es no poder casarte con la mujer a la que
quieres porque ya está prometida. Todo eso lo hemos visto miles de veces. Aparte de los clichés, este libro se queda estancado en un microcosmos. El texto sería aceptable si partiendo de lo específico el autor nos mostrara un dibujo más general, válido para cualquier ser humano (ejemplo a bote pronto: Desgracia de Coetzee), pero no es así. Será un grito contra el sistema chino, será la
voz del pueblo, será una historia de amor inolvidable, será un análisis
exhaustivo de la China más profunda, pero a mí me parece aburrida, simple y corta de miras. Insisto una vez más, en su época (1988) el libro sería muy útil, mostraría la realidad
china en su dimensión rural, sentimental y política, y tendría cierto valor divulgativo y de propagación del conocimiento, pero hoy en día que
podemos saber cualquier cosa de cualquier región gracias a internet, no tiene sentido. El tiempo ha matado su valor. Por cierto, ¿cuántos Nobel se han dado ya por criterios sociales y políticos en lugar de por calidad o valor artístico de las obras?
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En varias ocasiones he estado a puntito de leer algo de Mo Yan desde que le dieron el Premio, pero nunca he dado el paso. Quizás por las reseñas leidas en la blogosfera, quizás por lo que me cuentan los usuarios en la biblioteca, pero tengo claro que al menos, éste libro que hoy reseñas no lo leeré nunca
ResponderEliminarSaludos