La pasión según G.H. de Clarice Lispector.
Segunda lectura, primera reseña. Monólogo interior, stream of consciousness, o como quieras llamarlo, de gran calidad. Todo sucede, nada sucede, en el piso de la mujer. Retrato de una transformación en compañía de una cucaracha de alma kafkiana. La cucaracha se debate entre la vida y la muerte tras ser cercenada por la puerta del armario que la protagonista, en un acto reflejo, cerró bruscamente. Y cara a cara con el insecto, tiene una epifanía y se ve a sí misma en él. Reflexiona. Las cuestiones existencialistas lo empapan todo. Y dice que el hallarse a uno mismo no deja de ser una forma de perderse, la desaparición del yo, la incomparecencia del ego. Y al principio el insecto le parece desagradable, pero al final acaba chupando la sustancia que vierte su cuerpo desgarrado. Gesto orientado hacia la verdad que revela su conexión con el universo. Cómo tener asco a un ser que juega a lo mismo que tú, vida y muerte, ser o no ser. Si le tienes asco a una cucaracha te tienes asco a ti mismo. Si Kafka hizo que un ser humano fuera insecto para mostrar la alienación individual, Lispector enfatiza la separación entre ella y el insecto para mostrar la alienación de la humanidad frente a la naturaleza y el universo. Obra imprescindible.
Historias patagónicas. Falsa calma, María Sonia Cristoff
Hace 17 horas
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