Bilbao-New York-Bilbao de Kirmen Uribe.
¡Un krimen! (repito el chiste porque me hace gracia, soy un niño). Reconozco que la primera frase es buena, llama la atención, los primeros párrafos están bien, luego el estilo se vuelve tedioso. Pero tranquilos que antes de que el aburrimiento se os eche a la espalda (página 5 o 6), aparece al rescate, en medio de la narración, un cuadro impreso a todo color... ¡madre mía qué original! El detalle de incluir imágenes en plena narración, por lo general (hay excepciones), muestra cierta insensibilidad compositiva y desde luego, la incapacidad del autor para describir la imagen en vez de mostrarla (aunque quizás soy un ignorante y la muestra porque más tarde revelará una verdad muy profunda la cual jamás veré porque dejé de leer en la página 10). Ojo que hasta incluye una entrada de Wikipedia, ¡qué moderno tú! Se ha documentado mucho y maneja muchos datos, pero lo que no se puede hacer es distribuirlos todos en las primeras diez páginas. El autor quiere compartir información con nosotros, contarnos todo lo que ha descubierto del cuadro, del pintor, de su familia, etc., pero me temo que no es interesante.
Rubem Fonseca: El salvaje de la ópera
Hace 3 horas
Yo lo acabé. No era libro demasiado gordo y tiré hacia adelante. Así un libro entero más leído. Pero te aseguro que hiciste bien en dejarlo en la página 10. Yo perdí mi tiempo.
ResponderEliminarEstoy dando una vuelta por este blog y veo que tienes buen gusto.
Gracias. No hay nada que se necesite más en esta sociedad que un lector con gusto.