18 de noviembre de 2025

No ha habido muertos ni heridos I

El volumen del tiempo I
de Solvej Balle.

Una mujer atrapada para siempre en el 18 de noviembre (como esta reseña).

Y la novela atrapa con la misma fuerza.

El tono de la narración es tan perfecto, la prosa tan precisa y las reflexiones tan inteligentes (todo esto dentro de un contexto aparentemente anodino) que la novela resulta deslumbrante.

Balle consigue darle peso y frescura a una idea (el bucle temporal) que ya se ha tratado en otras obras de manera menos satisfactoria.

Anotaciones con spoilers:

- Cuando la protagonista intenta explicarle a su marido que está atrapada en el mismo día y este se sorprende, ella dice: "me resulta chocante que alguien pueda inquietarse tanto ante lo inverosímil, cuando sabemos que toda nuestra existencia descansa sobre hechos extraordinarios e improbables coincidencias. Que si estamos aquí se debe únicamente a dichas rarezas: que haya seres humanos en este que llamamos nuestro planeta, que podamos movernos por una esfera que gira en el espacio sideral lleno de objetos inconcebiblemente grandes [...] Llevamos en nosotros lo impensable todo el tiempo. Ya ha sucedido: somos inverosímiles, procedemos de una nube de increíbles coincidencias. Sería lógico pensar que semejante saber debería representar para nosotros al menos cierto pertrecho a la hora de afrontar lo inverosímil. Pero por lo visto sucede lo contrario. Nos hemos acostumbrado a vivir con ello sin sentir vértigo cada mañana, y en lugar de movernos vacilantes, con precaución, en un asombro continuo, vamos por la vida como si nada hubiera pasado, subestimamos lo extraordinario, y el vértigo solo aparece cuando la existencia se muestra como lo que es: inverosímil, imprevisible, extraordinaria".

- Al existir cada uno en un plano temporal, se establece una relación extraña entre ella y su marido. Al principio es emocionante para los dos, pero ella cae en la cuenta de que él olvida todo cada día y al final se instala el desasosiego.

- Ella no es capaz de encontrar un patrón claro de por qué unas cosas desaparecen y otras no, por qué unas vuelven a su lugar de origen y otras no. "Había algo impredecible en los mecanismos del tiempo". 
Busca teorías para explicar la situación, pero ninguna encaja.

- "Cada vez que terminábamos en un callejón sin salida, volvíamos a los hechos: Thomas estaba sometido a las leyes del olvido y yo llevaba acumulados demasiados días en mi memoria. Thomas se hallaba prisionero en la eternidad, mientras que yo me dirigía, lenta pero segura, hacia mi tumba". Debido al bucle temporal, nadie envejece, pero ella sí.

- Si ella come, ese alimento desaparece el siguiente día 18. Si come Thomas no desaparece. Thomas es un fantasma y ella es un monstruo. "Thomas no deja huella en el mundo, yo lo consumo [...] Los monstruos van por el mundo pisoteándolo y lo dejan devastado a su paso [...] Me he convertido en una criatura voraz, un monstruo en un mundo finito. Soy una plaga de langostas. ¿Cuánto tiempo podrá soportar mi presencia este pequeño mundo?". Aquí asoma cierta crítica hacia la naturaleza depredadora del ser humano, con algún dardo al capitalismo y el consumismo.

- La protagonista empieza a mirar las estrellas... "Habito en la oscuridad y he permanecido ahí creyendo que me volvería más pequeña al contemplar la exorbitante enormidad del firmamento, pero no ha sido así. No con un telescopio. Los ojos se agrandan hambrientos, importunan, invaden. Se entrometen en los asuntos del cielo, y noto cómo crezco cuanto más aprendo sobre el firmamento, cuantas más estrellas reciben un nombre, cuanta más superficie lunar logro ver. Invado el espacio, lleno el mundo. Es otra manera de ser un monstruo". Otra crítica al ser humano, su voracidad intelectual y su falta de humildad (relacionadas con la razón y la ciencia).

- El final queda abierto y no es un recurso de mi agrado, pero acabo comprando el segundo volumen porque merece la pena. Puedo entender que Balle quiera extenderse más.

- Una búsqueda rápida del título original en danés revela que la traducción en español es dudosa. El título en inglés es más preciso: On the Calculation of Volume. De hecho, una de las ideas más interesantes del libro es que una alteración en el tiempo hace que la protagonista reflexione sobre el volumen que ocupa en el mundo.

En este sentido, al descubrir que su tiempo sigue siendo lineal (envejece, lo que come desaparece, etc.), pero el de los demás no, la protagonista empieza a percibir el espacio que ocupa en el mundo como algo más complejo (una reflexión que quizá no haría si su día a día siguiera su curso de forma convencional). Y se da cuenta de que el volumen que ocupa no se limita al espacio físico que llena en cada momento, ya que, como ser humano, invade el mundo a cada paso que da con su voracidad física e intelectual.

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