Los colores están para ayudarnos y la prosa de Javier Tomeo también
(amable, ligera)
no obstante, Tomeo divaga y se extiende sin necesidad
(parece que no tiene nada que contar y se mueve en círculos)
"los colores se nos ofrecen como una posibilidad de perfeccionamiento interior y [...] se equivocan completamente los que pretenden reducir todos los colores del mundo a una sola mancha gris"
(brochazos filosóficos semidesnatados)
asoman ciertas ideas sobre el pesimismo, la soledad, el paso del tiempo, la vejez... pero ninguna de ellas coge suficiente vuelo
(se quedan en el suelo cual hormigas que pasan inadvertidas)
la hormiga reina se deja fecundar por el proletariado
(¿igual que las turistas por el camarero?)
y la colonia nos invade
(¿y... qué?)
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