La primera parte presenta un romance entre una mujer de 36 años y un chico de 15. El chaval lee libros para la mujer, de ahí el titulo. Esto se supone que es una historia de amor, pero la narración es tan gélida que más bien parece una conferencia teórica sobre dos individuos que tienen el corazón en la cubitera y los hielos en el pecho.
La segunda parte empeora el asunto, ya que intenta indagar en cuestiones morales sobre los campos de concentración y el exterminio nazi, pero la transición de un tema a otro no es nada armónica. Parece que el objetivo de Schlink en la segunda parte era muy diferente al de la primera.
La tercera parte... en diagonal y gracias. Ningún interés.
No obstante, el mayor problema que arrastra el texto es que es extremadamente plano. No hay elementos que sobresalgan y la ficción se queda atrapada sin poder traspasar las fronteras del papel.
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