9 de octubre de 2024

La brrrerga

Berg
de Ann Quin.

Un hombre quiere matar a su padre porque le abandonó en su infancia. El lector tiene que bregar para salir adelante. El tono es apropiado. Llegué a esta novela por alguna lista, listilla, que la ubica entre lo mejor de la literatura experimental anglosajona. Y menos también. Quin escribe con lo que denominaré enumeraciones elípticas ambiguas. O no. Cuando imito me limito, pero resisto, me divierte el juego, sonrío e ignoro la tos del otro, aunque retumbe en mi oreja. En inglés, no abandonar la lectura a las 73 páginas requiere resistencia. Apliqué esfuerzo y una concentración sobrehumana y no dieron resultado. Y requiere una capacidad de resignación importante. Otro día hablamos de las tangentes. La prosa es densa en exceso. La historia no la exige. Quin quiere elevar el vacío complicando la narración. Sustrae claridad para aumentar la sensación de profundidad. Más allá de la acumulación de oblicuidades y elipsis ¿qué hay? ¿La mujer con la guadaña?

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