Siempre leo hasta que mi paciencia para encontrar unos mínimos aceptables que me confirmen que estoy leyendo algo decente se agota. Esta vez superé el ecuador de la novela y amputé la lectura.
La premisa: un virus hace que los animales no se puedan comer y la humanidad se dé al canibalismo.
Agustina no explica por qué no se vuelven todos vegetarianos y complementan los nutrientes y las vitaminas que les faltan con pastillas. Obviamente, decide coger el camino más cruento para no quedarse sin historia.
El high-concept está bien para atraer lectores y vender copias, pero eso hay que sostenerlo con elementos de calidad, algo que aquí no sucede.
El high-concept está bien para atraer lectores y vender copias, pero eso hay que sostenerlo con elementos de calidad, algo que aquí no sucede.
La autora se limita a jugar la carta sensacionalista, ofreciendo violencia, sangre y crueldad para impactar y muy poco en términos literarios.
Muerdo y escupo.
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