Novela coral, cordillera polifónica, que tiene algunos picos altos, pero también laderas escarpadas y valles desaboridos. La primera mitad de la novela es estupenda, la segunda irregular. Una vez acabada la lectura, la sensación final es de indefinición e incompletitud.
Si la novela fracasa es porque no desarrolla nada de lo que promete en su primera mitad. Te pone los dientes largos para luego no permitirte ni un solo bocado nutritivo. Gunty critica el abuso de poder, el capitalismo, el maltrato animal, la persecución de la fama, la alienación del diferente... pero ninguno de estos temas coge suficiente peso para ofrecer algún tipo de iluminación. La autora se conforma con lanzar algún dardo y poco más.
La historia, a nivel elemental, está bien, pero carece de un desarrollo más completo. En el fondo, lo que sucede es que el todo no está a la altura de las partes, ya que la prosa de Gunty es excelente, su humor tiene un grado de acidez sabroso y la variedad de recursos narrativos que utiliza (cartas, posts de internet, etc.) se agradece. Aunque es una autora con una perspicacia y una inteligencia admirables, me temo que habrá que esperar a su próxima obra para que el lector pueda degustar la zanahoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario