3 de octubre de 2022

Monotonía almibarada

La luz que no puedes ver
de Anthony Doerr.

Segunda Guerra Mundial. Una niña francesa ciega huye de París con su padre por la llegada de los nazis y un niño alemán que vive en un orfanato y demuestra un don para entender los entresijos de la radio, tiene la posibilidad de llegar alto en las juventudes nazis.

A las 146 páginas se me descompone el cerebro y arrojo el libro lo más lejos que puedo hasta que choca contra la pared y cae sin apenas hacer ruido. Esto es una novela insípida y extremadamente convencional que intenta elevarse guiñando un ojo a ese "la luz que no puedes ver", parábola empalagosa sobre la ceguera y la capacidad de las cosas invisibles para hacer que el mundo sea luminoso. Desde ciertos ángulos, esto puede sonar bien, pero el tratamiento es desacertado.

La prosa de Doerr es competente y el ritmo es bueno, con capítulos cortos fácilmente digeribles, pero la monotonía almibarada de las dos historias lo acaba engullendo todo y uno pierde las ganas de seguir leyendo. No ayuda mucho que la extensión sea de más de 500 páginas, que no aporte nada valioso sobre la guerra en cuestión y que la promesa de profundidad escasee.

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