La luz que no puedes ver de Anthony Doerr.
Segunda Guerra Mundial. Una niña francesa ciega huye de París con su padre por la llegada de los nazis y un niño alemán que vive en un orfanato y demuestra un don para entender los entresijos de la radio, tiene la posibilidad de llegar alto en las juventudes nazis.
A las 146 páginas se me descompone el cerebro y arrojo el libro lo más lejos que puedo hasta que choca contra la pared y cae sin apenas hacer ruido. Esto es una novela insípida y extremadamente convencional que intenta elevarse guiñando un ojo a ese "la luz que no puedes ver", parábola empalagosa sobre la ceguera y la capacidad de las cosas invisibles para hacer que el mundo sea luminoso. Desde ciertos ángulos, esto puede sonar bien, pero el tratamiento es desacertado.
La prosa de Doerr es competente y el ritmo es bueno, con capítulos cortos fácilmente digeribles, pero la monotonía almibarada de las dos historias lo acaba engullendo todo y uno pierde las ganas de seguir leyendo. No ayuda mucho que la extensión sea de más de 500 páginas, que no aporte nada valioso sobre la guerra en cuestión y que la promesa de profundidad escasee.
El realismo socialista
Hace 8 horas
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