26 de septiembre de 2022

Sopa de sumiso

Sumisión
de Michel Houellebecq.

Houellebecq es un escritor contraintuitivo, pues no destaca demasiado en nada y construye novelas que rozan lo anodino, pero se deja leer con bastante facilidad. Si alguien consigue que me lea su novela hasta el final, algo habrá hecho bien. En este caso, creo que la concisión y la honestidad (la presencia del autor en el texto, como asegura él mismo al inicio) hacen que salga airosa, aunque dista mucho de ser una propuesta notable.

Aquí la idea principal (spoiler) es que un partido musulmán llega al poder en Francia y cambia los valores de la sociedad. Esto afecta a la vida personal del protagonista de diferentes maneras. Quizá lo más importante es que le echan de la universidad (pierde su trabajo como profesor), aunque el nuevo director de la Sorbona (musulmán), en un intento por recuperarle, le intenta adoctrinar. Y lo consigue, más o menos.

El director le dice que "la cumbre de la felicidad humana reside en la sumisión más absoluta". Se refiere a la sumisión de la mujer al hombre y del hombre a Dios. Aquí la gracia es que el protagonista acaba sucumbiendo ante el islam por las ventajas que le puede proporcionar, tanto económicas como conyugales (poligamia), pero no por la componente espiritual. Además se establece cierto paralelismo con Huysmans, autor sobre el que escribió su tesis y que al final de su vida se volvió cristiano.

A Houellebecq no le tiembla el pulso a la hora de ser controvertido, le gusta meterse en charcos, y aquí la provocación reside en aceptar lo que viene, dejarse llevar, someterse, en lugar de luchar por los valores occidentales o europeos. Obviamente, Francia vive un momento de inmigración importante y eso le da una dimensión interesante al texto.

La idea de que la inmigración musulmana (como afirma el nuevo director de la Sorbona) podría salvar la decadencia europea, recuperando la importancia de la familia, la tradición, la sumisión de la mujer... es punzante y se basa en que el cristianismo se ha dado por vencido ante el declive de Occidente. Aunque quizá lo que más subraya el declive generalizado es que el musulmán está contento con convertir a la gente, independientemente del plano espiritual, y el profesor con aceptarlo todo con tal de beneficiarse a nivel terrenal.

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