Nosotros de Yevgueni Zamiatin.
En el Estado Único nadie tiene nombre, cada persona es un número con poco espacio para la expresión individual. La libertad es inexistente, pero se supone que es por el bien común y para lograr la felicidad colectiva. Para compartir su superioridad con otras civilizaciones, el Estado pretende llevar a cabo un viaje espacial en cuyos preparativos participa nuestro narrador.
Zamiatin plantea una distopía que es un alegato contra los totalitarismos y que en su época (años 1920) seguro que fue rompedora, pero que a día de hoy, después de tantas obras similares (Huxley, Orwell, etc.) se queda en una posición incómoda, pues no sorprende demasiado (pese a ser pionera).
Tiene dos problemas básicos (spoilers). El primero de ellos es que la historia del hombre cuyos valores se van desmoronando es muy previsible y convencional. La prosa, aunque es competente, apenas eleva al relato y el resultado final es bastante estándar.
En el Estado Único nadie tiene nombre, cada persona es un número con poco espacio para la expresión individual. La libertad es inexistente, pero se supone que es por el bien común y para lograr la felicidad colectiva. Para compartir su superioridad con otras civilizaciones, el Estado pretende llevar a cabo un viaje espacial en cuyos preparativos participa nuestro narrador.
Zamiatin plantea una distopía que es un alegato contra los totalitarismos y que en su época (años 1920) seguro que fue rompedora, pero que a día de hoy, después de tantas obras similares (Huxley, Orwell, etc.) se queda en una posición incómoda, pues no sorprende demasiado (pese a ser pionera).
Tiene dos problemas básicos (spoilers). El primero de ellos es que la historia del hombre cuyos valores se van desmoronando es muy previsible y convencional. La prosa, aunque es competente, apenas eleva al relato y el resultado final es bastante estándar.
El segundo problema es que la historia de amor acaba eclipsando a la componente distópica e ideológica y más que una reflexión profunda sobre un sistema cuestionable, acaba convirtiéndose en el despertar emocional del protagonista, provocado por una mujer "que le lleva por el camino del pecado", algo bastante trillado.
En la sección intermedia, el aburrimiento se impone y Zamiatin sufre bastante para integrar la parte distópica con la relación amorosa, lo que hace que sea difícil llegar hasta el final sin apretar los dientes; y es normal que, venido el caso, el lector opte por conservar el esmalte intacto.
En la sección intermedia, el aburrimiento se impone y Zamiatin sufre bastante para integrar la parte distópica con la relación amorosa, lo que hace que sea difícil llegar hasta el final sin apretar los dientes; y es normal que, venido el caso, el lector opte por conservar el esmalte intacto.
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