Colección de relatos que funciona mayormente como tributo a la ciudad de Chicago. Y lo que sucede es que los árboles son muy bonitos pero el bosque deja mucho que desear, entendiendo que cada relato es un bosque en sí mismo.
No cabe duda de que Stuart Dybek demuestra mucha solidez como escritor, haciendo gala de una prosa evocadora y muy bien trabajada. El problema es que viene acompañada de cierta tendencia a la descripción inane y la dispersión. El autor pone el microscopio en el estilo y el lenguaje y descuida los personajes y las situaciones. Aun así, supongo que los lectores que compartan su nostalgia y tengan una experiencia urbana similar (muchos de ellos serán norteamericanos) disfrutarán más estos relatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario