Serotonina de Michel Houellebecq.
Aquí Houellebecq comienza ofreciendo su lado más provocativo, ingenioso y cómico, escupiendo veneno hacia todas partes (homosexuales, inmigrantes, clases sociales...), pero al sobrepasar la mitad del libro, la serotonina empieza a escasear y la parte final acaba sumiendo al lector en el agotamiento más extenuante. Cuenta con algunas partes graciosas y ciertas observaciones agudas, pero más allá de eso, no hay demasiados elementos remarcables.
Solvej Balle: El volumen del tiempo II
Hace 11 horas
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