Me tiro a la piscina y afirmo que es una colección de relatos imprescindible para cualquier amante de la ciencia ficción. Sorprende principalmente porque no es nada irregular, todas las piezas tienen un mínimo de calidad (alta), algo que no suele verse en este tipo de libros.
Caigo en el agua, salpico y asevero que las ideas que expone Chiang son bastante estimulantes. Y lo mejor de todo es que el autor no se queda en la superficie, reflexiona sobre sus ideas con bastante rigurosidad, sin concesiones, hasta las últimas consecuencias.
Buceo un poco, saco la cabeza del agua y señalo que Chiang es muy preciso a la hora de construir sus mundos, no se excede con detalles superfluos y sabe equilibrar el peso de las ideas, las situaciones y los personajes. La prosa no es especialmente bella, pero es competente.
Subo la escalera y salgo de la piscina para remarcar que hay dos relatos que están por encima del resto:
The Truth of Fact, the Truth of Feeling... sobre la memoria, la verdad y la subjetividad. Traza un paralelismo entre la posibilidad de grabar todas tus vivencias y la aparición de la escritura (la escritura se presenta como un avance tecnológico de igual calibre que las grabaciones). La memoria deja de ser imprescindible, pero al mismo tiempo tiene valor porque su imprecisión añade un aspecto subjetivo (que puede ser mágico) a los recuerdos (frente a la precisión de las grabaciones que capturan una realidad objetiva).
The Great Silence... sobre el sonido, el loro y la búsqueda de conexión extraterrestre. Me limito a decir que es una auténtica genialidad.
Me seco con la toalla.
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