5 de enero de 2015

Speichermacher

Austerlitz de W. G. Sebald.

Esto es una mezcla de Zweig y Bernhard pero en estático, sin ritmo, a cámara lenta, masticando las palabras cuarenta veces, como recomienda la ley, logrando que el texto resulte bastante aburrido. Un narrador que nos cuenta lo que otro narrador le cuenta (véase la pareja austriaca anterior) e incluso a veces otro narrador más incrustado en el interior (en jerga: narradores intradiegéticos). Sebald sabe escribir, el problema es que es plúmbeo. La suma de enumeraciones anodinas, descripciones tan excelsas como irrelevantes y un estilo parsimonioso, castigan mucho a los párpados. El tema central es la memoria y cómo la identidad, en gran medida, se sustenta gracias a los recuerdos. El texto muestra el intento de Austerlitz por descubrir su pasado y hacer brotar esa sensación de pertenencia que nunca tuvo. Incluye fotos en blanco y negro (capturas de un instante, que lo inmortalizan y hacen que se repita eternamente), charlas sobre sus padres adoptivos, recuerdos fugaces sobre su familia original, su huida de República Checa durante la Segunda Guerra Mundial, etc. Una novela que deleitará a los que disfrutan con esos personajes que escarban por los callejones más oscuros de la memoria con el fin de reconocer algo sólido y aferrarse a ello.

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