25 de octubre de 2014

The Dharma Bums

Los vagabundos del Dharma de Jack Kerouac.

Juergas y epifanías de un vagabundo llamado Ray (Jack). El texto es un canto a la libertad, una oda a la espiritualidad, vayamos a dormir al bosque o escalemos una montaña o viajemos sin destino haciendo autostop, no importa, lo principal es conectar con el entorno y así rasgar nuestra piel para que el esqueleto espiritual salga a flote. Muchas ideas están impregnadas de budismo y zen (¿budismo zen?), principalmente, con mis palabras: la consciencia de la muerte y el absurdo de existir se combaten con la iluminación, y ésta llega restando importancia a la existencia y conectando con la naturaleza, lo que nos permite sentirnos libres y romper con las ataduras que impone el sistema, como por ejemplo, la tendencia a producir para consumir. Sí es cierto que hay reflexiones que resultan algo confusas, que no van en la misma dirección que la idea principal, y a veces el autor peca de ser un poco "místico de rastrillo", metiendo nombres raros sin explicar, como si el simple hecho de mencionar algo sagrado le diera un toque mágico al texto. Hay reflexiones interesantes sobre la realidad (¿todo es un sueño?, ¿la realidad la construye nuestra mente?, ¿somos vacío?) y sobre la imposibilidad de enseñar una verdad indudable al resto de seres vivos. Creo que la percepción de Jack sobre la espiritualidad, en su gran mayoría, es muy acertada. Unas pocas ideas más: el silencio es sinónimo de sabiduría, primero hay que domar la mente para luego dejarla de lado, todos estamos hechos de la misma sustancia, lo dionisíaco como exaltación de la vida, etc. Gran libro que quizás, literariamente hablando, no sea gran cosa, puesto que el estilo es muy espontáneo y muestra muy poca preocupación lingüística, sin embargo, sin esa naturalidad perdería toda su fuerza. Es ese estilo espontáneo el que transmite cercanía y veracidad y consigue que el mensaje de Jack impacte por dentro.

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