Obra con la que ganó el Pulitzer en 1928. Primer capítulo interesante. Mediante un accidente se
discute la voluntariedad de Dios, el azar, la casualidad... En el segundo empieza
el culebrón y se desatan los bostezos. Que si la marquesa y el virrey, que si
envío una carta que es un peñazo, que si el yerno tal, que si la hija cual.
Imposible seguir.
Anora
Hace 4 horas
A mí no me disgustó, pero me molestó que cuando queman en la hoguera a uno de los personajes, en vez de morir entre alaridos de dolor se ponga a reflexionar sobre la vida y la muerte.
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