6 de octubre de 2013

Ti Chin-Fu

El mandarín de Eça de Queirós.

Prosa poética bastante buena, sobre todo teniendo en cuenta la época (siglo 19, hay novelas más modernas que parecen más antiguas). Argumento: un individuo de tintes demoníacos le ofrece al protagonista y narrador un montón de dinero a cambio de que una persona en China muera. Y éste acepta. Y se da la gran vida pero acaba sintiéndose mal y decide arreglar la situación viajando a China para repartir la riqueza entre la familia del cadáver y alrededores. Y no lo consigue porque el pueblo se entera de dónde vive y van a robarle el dinero. Y tiene que huir del pueblo porque si no le matan. Y acaban salvándole unos curas. Y al final vuelve a casa. Punto 1: avaricia, tanto la suya por matar a alguien para hacerse rico como la del pueblo. Punto 2: hipocresía, tanto la suya por creerse superior a los demás cuando tiene dinero como la de los otros, que le tratan bien cuando es rico pero le tratan mal cuando es pobre. Punto 3: espiritualidad, que le salven los curas dice mucho, la espiritualidad tiende a rechazar la riqueza, etc. No es una lluvia narrativa purificadora que te sobrecoge por dentro, pero es muy correcta en su forma de humedecer al lector y limpiar los restos de lecturas pasadas insatisfactorias.

2 comentarios:

  1. No es por tocar los cojones, pero de Eça que me lo he leído todo (artículos de periódicos incluidos) -para mí Eça es "lo mais"- esta es, con diferencia, la que menos me convence.

    En cualquier caso. Ya vas por el buen camino, capuglio ;-)

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