Providence de Juan Francisco Ferré.
-¡Insolente! ¿¡Por qué lo has dejado en la página 85!?
-No es mi culpa, la prosa no es buena y se hace pesada, hojas y hojas para relatar escenas y situaciones que no son significativas, la proporción entre palabras e información está descompensada, demasiadas palabras para tan poco contenido.
-¿Y el estilo?
-Malo, no disfruto leyendo, no hay imágenes ni metáforas, nada interesante, aparece todo muy intelectualizado, se nota que hay un filtro mental entre lo narrado y el lector, pesa mucho el narrador.
-Pero sí que hay sexo y violencia, ¿no?
-Sí, de efectos especiales anda sobrado.
-¿Y que hable de cine no te interesa?
-Eso no es hablar de cine, es intentar utilizarlo en tu favor y que la falta de profundidad se vuelva en tu contra.
-¿Pero no es algo de realidades superpuestas a lo David Cronenberg?
-Eso dicen algunos, pero yo no he visto el contenido por ninguna parte, es que no se ha levantado ni una ligera brisa con promesas de significado.
-¡Eres un desgraciado! No le has dado tiempo para explayarse, ¿qué va a hacer el pobre hombre en 85 páginas?
-Pues muchas cosas: demostrar que no sabe medir su verborrea, que dentro de esa jungla de palabras no guiña el ojo ni una, que su prosa es desértica, que casi todas las palabras funcionan como significante, que no hay imágenes, ni hay metáforas, que no tiene ingenio para que el anzuelo que se tiende al lector no sea el típico de novela negra, que utiliza el sexo y la violencia de forma gratuita, que las referencias a otras disciplinas son muy bonitas, pero si no están respaldadas por cierta profundidad, son un síntoma de flaqueza, ninguna persona necesita más de dos muletas para desplazarse.
16 de julio de 2013
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Jaja, tremenda crítica.
ResponderEliminarPrueba con Karnaval. Es más de lo mismo, pero yo diría que tiene algo más de gracia.
Pasarán muchos libros por mis ojos antes que otro de este hombre, ahora mismo no apetece.
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