Memoria de elefante de António Lobo Antunes.
Transcribo del texto: "Solía llevarlas al circo en el intento de comunicarles su admiración por las contorsionistas, enlazadas entre sí como iniciales en el ángulo de una servilleta y poseedoras de la belleza impalpable común a los alientos de gasa que anuncian en los aeropuertos la partida de los aviones y a las muchachas de faldas con faralaes y botas blancas trazando elipses hacia atrás en la pista de patinaje del jardín zoológico, y lo decepcionaba como una traición el extraño interés de ellas por las damas equívocas, de pelo rubio con raíces canosas, que amaestraban a perros melancólicamente obedientes y uniformemente horrorosos, o por el chiquillo de seis años rasgando guías telefónicas con la risa fácil de los guardaespaldas en germen, futuro Mozart de la porra". Que levante la mano el que piense que esta frase no es excesiva. Bien, pues así todo el libro. Te obliga a repasar las frases para entenderlas (eso estaría bien si la causa del repaso viniera de la profundidad del contenido, no de la aglomeración de recursos lingüísticos que reducen la comodidad del trayecto). Tranquilos que sólo he leído las primeras páginas, no he sufrido tanto. Pues eso... adjetivos y adverbios y metáforas por todos lados. Puede tener su gracia (lo de "futuro Mozart de la porra" no está mal), es más, soy amante de las imágenes y las metáforas, pero en este caso es demasiado, todo en exceso es malo. Podríamos achacar el problema a la traducción, pero lo dudo mucho porque del portugués al español no hay tanta distancia, aparte de que el traductor no es manco (ganó un Premio Nacional a la mejor traducción con un libro de este mismo autor). Candidato al Premio Nobel dicen algunos... a lo mejor hay vida más allá de ésta su primera novela.
Historias patagónicas. Falsa calma, María Sonia Cristoff
Hace 18 horas
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