14 de mayo de 2013

W. de Wertheimer

Magma de Lars Iyer.

Te lo resumo rápidamente: es El malogrado de Thomas Bernhard, pero en malo. Una pareja de intelectuales que se pregunta acerca de la literatura y su fin, así como de su propio fracaso, conocedores de su incapacidad creativa. El malogrado es igual, pero con más calidad, con estilo personal y en vez de centrarse en la literatura lo hace en la música (extrapolable al arte); Iyer, en vez de usar a Glenn Gould como centro gravitacional, usa a Kafka. Es que ni siquiera tiene el talento suficiente como para emular el estilo de Bernhard, por no decir que presenta prácticamente las mismas ideas que él, pero sin profundizar, superficialmente. El libro es un gran vacío con el que nos la han metido doblada a los lectores. No concreta nada ni tiene una carga filósofica plausible. Frases sin contenido disfrazadas de una intelectualidad vacía. ¿Ahí está la gracia? No sé hasta qué punto es válido utilizar las ideas y el estilo de otro para hablar del apocalipsis literario. Es decir, hasta qué punto se puede copiar deliberadamente y presentar ideas vacías aposta para demostrar la falsedad de los intelectuales y el fin de la literatura. Bueno, si suena la flauta (ha sonado), el autor pasa el cazo, recauda y como si no hubiera pasado nada.

4 comentarios:

  1. Ya sois muchos los que ponéis a parir la novela, ahorrándome alegremente su lectura. La tuya es la gota que colma el vaso, así que te lo agradezco profundamente (¿Habrá alguien que se lea las dos siguientes entregas de la trilogía?). Un saludo.

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  2. Me dejé influenciar por el catálogo de la editorial, porque tiene otros títulos que sí merecen la pena, pero me he llevado una decepción.

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    1. Es joven... tiene cuatro títulos solamente. Yo me voy a estrenar con ella con la novela de Socrates Adams, a ver qué tal.

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  3. Ya me contarás qué tal, porque yo también quiero leer ese libro.

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