20 de marzo de 2013

Volví a pensar en el mesón

El malogrado de Thomas Bernhard.

Segunda lectura. Ratifico lo que escribí la primera vez. Bernhard me parece un gran escritor pero aquí la forma tiene demasiado protagonismo. No es mal libro, es una construcción interesante, pero cojea un poco en su contenido que se hace repetitivo y da muestras de debilidad en las últimas páginas.

*Comentario añadido despúes. Corrijo: he estado pensando acerca del libro y no sé si es una idealización personal de la obra, pero es probable que Bernhard quisiera que el artificio destacara más que el contenido para representar precisamente eso, a un malogrado, a un fracasado, un ser que se preocupa más de la forma que del contenido, más de las notas que del sentimiento que pone en ellas, más de las palabras que del mensaje que llevan; y a su vez, estar haciendo un retrato de sí mismo y de la literatura en general, ambos incapaces de alcanzar la pureza total debido a una obsesión por el lenguaje. Creo que estamos ante otra obra maestra del amigo Thomas.

2 comentarios:

  1. 1. Lo del "comentario añadido después" también era una obviedad desde el principio (te encantan las obviedades). 2. Todo es una 'obra maestra' para vos.

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  2. Ah, y siempre tus "segundas lecturas" (por llamarles de alguna manera) o revisiones ratifican. ¿Será que no hay tales segundas veces o sos siempre igual?

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