Historia de un idiota contada por él mismo de Félix de Azúa.
Plantea cuestiones acerca del sexo, el amor, la felicidad, el arte, aunque en general no hay mucho que exprimir. Hace demasiadas referencias a otros autores. Es algo pedante. La prosa parece artificial y a veces resulta incómoda. Se ha concentrado excesivamente en la estética de las frases y ha descuidado el contenido. Demasiados conceptos, divagaciones frías, no hay empatía, el autor no consigue conectar con el lector.
Rubem Fonseca: El salvaje de la ópera
Hace 3 horas
Y quién tiene empatía en el siglo XXI?
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