Historia de un idiota contada por él mismo de Félix de Azúa.
Plantea cuestiones acerca del sexo, el amor, la felicidad, el arte, aunque en general no hay mucho que exprimir. Hace demasiadas referencias a otros autores. Es algo pedante. La prosa parece artificial y a veces resulta incómoda. Se ha concentrado excesivamente en la estética de las frases y ha descuidado el contenido. Demasiados conceptos, divagaciones frías, no hay empatía, el autor no consigue conectar con el lector.
Historias patagónicas. Falsa calma, María Sonia Cristoff
Hace 18 horas
Y quién tiene empatía en el siglo XXI?
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